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Kim Namjoon suspiró, dejando a un lado un documento, el cual le hizo compañía a una pila de páginas más. Llevar un ducado no era una tarea fácil, tenía que revisar cómo era la situación de sus tierras, los hoteles que tenía su familia y un restaurante donde llegaba a comer la alta sociedad, donde trabaja un amigo suyo en esos momentos. Soltó un suspiro, pasando sus mano derecha sobre su rostro, su mirada se dirigió a la puerta conexa que siempre permanecía cerrada bajo llave, conectando su oficina con el cuarto del joven Jung.

En la verdad que el cuarto del joven Jung era el más pequeño de todos los del castillo, solía ser usado antes como un cuarto de momento, cuando él solía estar muy cansado y no deseaba ir hasta el último piso donde se ubicaba su dormitorio. Había dejado en ese lugar a ese joven vampiro debido a que lo quería tener cerca en cualquier situación de peligro inminente. Pero en ese momento, estaba maldiciendo que estuviera justo a unos pasos y solo los separaba una simple puerta de madera de sequoia.

Y la razón por la cual estaba abrumado, con su cabeza dando vueltas era por el constante pensamiento de ir a ese cuarto y follar a Jung Hoseok: "Maldita sea, no era un animal en celo" se regañó a sí mismo, tomando otro documento, se debía concentrar en su trabajo, seguir aunque ya pasara la madrugada.

La puerta del cuarto fue tocada, Namjoon miró al frente.

—¿Si?

—Mi señor—llamó aquella ama de llaves desde el otro lado—. Tengo una noticia importante que decirle.

—Entra—ordenó secante para seguir en lo suyo. Notó la puerta abrirse y como una recién bañada Kim Jisoo ingresó, el vampiro frotó su nariz al sentir el suave olor de rosas. Esa mujer siempre olía bien, sabía que cuidaba demasiado su aspecto físico y razón tenía, era una impura bastante atractiva. Incluso ella cuidó de él desde que era un niño. Fue su nodriza y cuando en la Gran Guerra quedó solo sin nadie, Kim Jisoo no se fue de su lado y él la convirtió en la ama de llaves de aquel castillo—¿Sucede algo? sueles estar descansando ya a estas horas.

Ella se acercó y entregó una carta, se notaba preocupada por cierta situación, a lo que dijo, juntando sus manos.

—El Chef ha dado una carta de renuncia.

Kim Namjoon tomó aquella carta y la abrió, empezó a leer.

—¿Hubo algo que le incomodó? si es por dinero, dile que se le dará un aumento.

—Es por su esposa...pronto dará a luz su hijo y quiere pasar esos meses con ella y su nuevo hijo.

Namjoon suspiró haciendo una mueca de disgusto total, tendría que buscar un nuevo chef, el hombre había trabajado para él 15 años, era un humano que empezó muy joven en ese lugar como cocinero hasta convertirse en el principal, pero ahora a sus 35, ya había formado una familia. Kim Namjoon no le podía negar su derecho a mantenerlo atado a ese castillo, aunque le gustaría hacerlo.

No era fácil encontrar un buen cocinero.

—Bien, dale una buena indemnización, dile que se puede ir a partir de mañana.

—Si, amo—ella se quedó en un profundo silencio, esperando algo más de su señor, Namjoon la contempló, Jisoo le sonrió.

—¿Qué?—preguntó extrañado.

—¿No quiere que le ayude a buscar un nuevo Chef? Hoy en la tarde hice una lista de posibles cocineros.

—Hay alguien que tengo en mente—comentó con suma tranquilidad Kim Namjoon y miró a su izquierda, tomando un documento que trataba sobre uno de sus restaurantes—. Kim Seokjin.

—¿Él? pero...está manejando uno de sus restaurantes.

—Será solo un tiempo, mientras encontramos a uno adecuado. Investiga a cada hombre que hiciste en la lista, no dejaré entrar a cualquiera a este castillo.

Namseok|| NoblesseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora