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La puerta de un cuarto se abrió, un hombre alto de cabellos cortos y mirada café oscuro, contempló a la persona que se encontraba acostado sobre una cama, aquel tipo miró al mayordomo y le hizo un gesto para que despertaran al susodicho. La doncella personal de aquella persona ingresó por igual, con sumo nervios sacudió a su joven amo.

—Joven Jung—llamó aquella sirvienta en susurro.

—Habla más fuerte mujer—le reclamó su amo con su ceño fruncido y sus manos tras la espalda.

El mayordomo solo se dirigió abrir las grandes cortinas, permitiendo que la luz ingresara y golpeara sobre el durmiente rostro del joven sobre la cama.

—¡Jung Hoseok!—llamó su hermano, quien acomodó sus manos tras la espalda.

El joven llamado, abrió sus ojos con lentitud y se sentó adormitado, frotó sus ojos y miró a su derecha, notando a su serio y estricto hermano, el cual le contemplaba con suma molestia: ¿Acaso había dormido de más? no, estaba seguro que era demasiado temprano a esas horas.

—Park Seojoon—setenció su medio hermano que ató bien al pita de su bata.

Los dos no tenían el mismo nombre debido a que su hermano mayor era hijo de otro padre, solo tenían en común a su madre, a la cual nunca vio en su vida ya que su medio-hermano se encargó de su crianza desde que era un bebé de seis meses. Por supuesto que sabía quien era su progenitora, era la reina de los Quirópteros. Una Reina madre muy poderosa que había empezado a gobernar hace cien años e incluso ocasionó una gran Guerra para tomar el trono en el que ahora se mantenía senada, derrotando a la antigua gobernante y exterminando a la mayoria de los de su clan a los cuales pertenecían.

Jung Hoseok era un joven de 17 años, perteneciente al clan de los vampiros Toferghent, quienes poseían rasgos comunes como los demás humanos, cabellera castaña y ojos que podían variar desde el color miel hasta el café muy oscuro, podían tener piel clara tanto como morena. Por supuesto que no eran el único clan de vampiros ya que habían otras familias que poseían rasgos muy distintivos, sin embargo, se sabía que nunca sus sangre se debía cruzar.

Pero Jung Hoseok era distinto, incluso considerado una gran excepción. Poseía sangre de la familia de los Murkesht, vampiros albinos y su madre que era una Toferghent. Nadie sabía en en la sociedad de los vampiros quien era su padre, siempre hubieron rumores e incluso solo pocos sabían de Jung Hoseok, los altos mandos.

—Mi señor—apareció una doncella con un bebé en brazos. Jung Hoseok al ver a su hijo corrió y lo agarró entre sus brazos, soltando una cálida sonrisa—. Se encuentra muy bien, acaba de despertar y ya fue alimentado.

Jung Hoseok afirmó y contempló en dirección de su medio-hermano, quien al ver aquellos dos, desvió la mirada. El vampiro O, siendo llamado así por una especie de quirópteros intersexuales que podían engendrar hijos y eran muy raros, contempló al mayor, quien era el padre de su hijo.

Fue su hermano quien lo llevó a esa desición de procrear entre ellos debido a que quedaban pocos miembros de su familia, los toferghent. El joven Jung no tuvo mas remedio que aceptar y convertirse en una incubadora, debido a que había sido educado desde muy joven a esa situación, sobre todo por la época en que vivia, si podías engendrar un hijo y llevarlo en tu vientre por 9 meses, debías encargarte de su crianza y seguir haciendo crecer el apellido de tu familia.

Jung Hoseok y Seojoon, su medio hermano, nunca fueron muy apegados. El mayor era un barón que debía estar pendiente de su pequeño territorio y proveer la comida y el pago de los demás criados, mientras Hoseok había permanecido encerrado en aquel pequeño castillo toda su vida, solo saliendo al jardin a jugar, leer alguna historia. Jamás asistió a una fiesta de la sociedad, debido a que su hermano mayor no quería que nadie viera lo que era, un sangre mixta.

Namseok|| NoblesseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora