Ordenar los pensamientos

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Difícil, quizás complicado, pero no imposible.

La mayoría de las veces nos es muy difícil organizar y ordenar bien todos los pensamientos que tenemos día a día. Quizás esa sea una de las causas por la que casi todos, por no decir todos, creemos que la cabeza es realmente la que nos domina en todo momento. Pero, ¿realmente es así?¿No podemos controlar nuestros pensamientos?

Paremos unos minutos para pensar. Imagina que entras en tu casa, habitación o llegas a tu escritorio. Esta todo completamente desordenado, no encuentras nada. Ves y encuentras de todo, lo que no te hace falta, menos lo que necesitas o realmente estás buscando. Seguramente muchos nos pondríamos de los nervios en una situación así, tal vez te enfadas. Normal, es una situación que causa malestar en la mayoría de los casos, es que no sabes ni por dónde empezar. Pero, paras y poco a poco empiezas a quitar cosas del medio, es muy probable que acabes encontrando eso que buscas e incluso dejarás todo bien colocado para cuando necesites otra cosa sepas inmediata y exactamente dónde ir a buscarlo.

Pues yo creo que con la cabeza tiene que ser un poco así. Aunque al principio parezca que todo es un caos, que no sale nada, hay que parar. Parar es la clave para que con un poco de paciencia consigamos esa calma que añoramos en nuestra cabeza en esos momentos tan complicados.

Esta claro que no es tan fácil como parece al escribirlo. No soy experta, ni mucho menos, pero, bajo mi punto de vista, la mejor opción para empezar a organizar los pensamientos es sentarse en un lugar tranquilo y en el que estés cómodo. Recomendaría que ese lugar, si es posible, tú seas tú única compañía y no tengas ningún tipo de molestia. Tras estar ahí, tomar asiento y guardar unos minutos de silencio con respiraciones profundas, disfrutando del momento. Ahí es donde vas a estar y conectar contigo mismo de una manera que nunca habrás experimentado. Es en ese mismo momento cuando podrás empezar a ordenar todo lo que desees de tus pensamientos y tu vida de la manera más calmada y correcta posible. Si te es más cómodo puedes anotar todo en una cuaderno y reflexionar sobre ello, pues muchas veces hasta que no vemos las cosas sobre el papel o fuera de nuestra cabeza no nos damos cuenta de la gravedad del asunto.

Es una buena opción comenzar con los pensamientos que transmiten emociones negativas (preocupación, tristeza, enfado, angustia...). Desde mi punto de vista, son los que más repercuten en las personas, nos hacen actuar sin apenas pesar, nos producen bloqueos a la hora de reaccionar, incluso en ocasiones consiguen que dañemos a nuestros seres más queridos o afectar a nuestra propia salud (en la mayoría de las veces con enfermedades mentales). Podríamos decir que cuando una persona tiene pensamientos negativos constantemente en su cabeza llega un momento en el que no es ella. Es fundamental deshacerse de estos pensamientos negativos.

Los pensamientos positivos los dejaría para el final por el simple motivo de que son los que te van a transmitir buenas sensaciones (alegría, melancolía, cariño...). Estos también hay que organizarlos bien, pues, como dice el dicho "ni el malo es tan malo, ni el bueno tan bueno", una mala gestión de estos pensamientos puede provocar el crearnos una realidad falsa (fantástica) en la que no estamos viviendo.

Hay que tener claro que es lo que queremos, necesitamos y pensamos. Tener unos minutos para organizar el caos de la cabeza no es para nada malo, en la mayoría de las ocasiones es lo que nos salva de muchos fallos (tanto internos como externos).

Para concluir este tema, termino con una reflexión o frase corta, que me enseñó la película "Del revés", la cual es: para que haya alegría tiene que existir la tristeza, sin tristeza no sabríamos valorar la alegría.

En Silencio Con Lo Que Callo || Construyendo ReflexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora