1.

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Daemon sonrió con tranquilidad al ver la casona frente a él. Aún no le había dicho a los niños y Rhaenyra que consiguió su jubilación luego de unos largos 30 años de servicio en la milicia, las "Capas Doradas" de Westeros nunca habían visto a un soldado como él.

Abriendo la reja con sumo silencio avanzó por el jardín delantero de la casa, Rhaenyra había cuidado bien de sus orquídeas y eso le alegró. Con sumo cuidado metió la llave en el cerrojo de la puerta principal, abriéndola en silencio e ingresando a su hogar luego.

La casa estaba tal cual como la había dejado en su último día antes de ir de servicio por cinco años al norte del país. Los mismos muebles, en los mismos lugares, las mismas fotos sobre la chimenea, y el mismo color de las paredes.

Dejó su maleta a un costado y comenzó a subir las escaleras, la casa estaba en un total silencio y no le extrañaba, siendo las 5 AM nadie en esa casa estaría despierto. Nadie salvo...

—¿Daemon?

El rubio levantó la mirada de las escaleras hasta la planta alta, justo bajando los primeros escalones de arriba estaba Jacaerys, el hijo mayor de Rhaenyra, a quien amaba como suyo.

—En vivo y en directo, Jace.

El muchacho bajó de un salto y lo abrazó con fuerza, ambos se quedaron estáticos un rato sintiendo el cariño del otro, hasta que Jacaerys se soltó para mirar el rostro de su padrastro.

—Dioses, te has vuelto viejo. — soltó una risa sarcástica

—No me obligues a castigarte apenas llego, Jacaerys Strong.

El castaño soltó una sonrisa y luego lo volvió a abrazar, esta vez de forma más breve.

—No lo puedo creer. ¿Apenas llegas? Debes de estar exhausto, ¿Por qué no subes...? — en ese momento el castaño pareció recordar algo y desvío la mirada —¿Sabes qué? Iba de camino a salir a correr, ¿Vienes?

—Hace apenas unos minutos me llamaste viejo, niño, y ahora quieres que vaya a correr. — Daemon lo miró con escepticismo —¿Qué ocultas?

—¿Cómo es que...?

Daemon sonrió, y posó una de sus manos sobre su hijo —Te conozco, Jace, yo te crié en esta misma casa.

—Bueno... criar como criar...

Daemon apretó el agarre —Tu eres mi hijo, Jacaerys. Te conozco perfectamente, y sé cuándo estás mintiendo, incluso sé cuándo estás encubriendo a tu hermano, justo como ahora.

—¿Qué? No, yo no estoy encubriendo a Luke.

Daemon sonrió —Yo nunca mencioné a Luke.

Y con eso comenzó a subir las escaleras con dirección al cuarto de Lucerys, Jace lo seguía apresurado intentando hacer que retroceda, pero fue muy tarde cuando abrió la puerta de la que recordaba era la habitación de su hijo.

Grande fue su sorpresa al encontrarse con su hijo durmiendo en la enorme cama acompañado.

Y no acompañado por cualquier persona.

Reconocería a un Hightower incluso ciego. Y ese era uno de ellos.

No pudo pensar con claridad.

Por un momento todo se vio afectado por la ira que sintió al ver a uno de los niños de Alicent en la cama con su hijo. El enojo se hacía cada vez más fuerte viendo cómo Luke se acurrucaba en el pecho del otro y susurraba incoherencias de su sueño.

No era el hecho de que sean dos hombres lo que lo hacía rabiar, estuvo en la milicia, sabía que dos hombres podían desearse.

Era el hecho de que un sucio Hightower estaba en la cama con su hijo. Un maldito Hightower. En su propia casa. Con su propio hijo.

Fucking HightowerWhere stories live. Discover now