Hermanastros || amanene 🔞

11

Yashiro

—descuida, no están.

Esa misma noche estuve todo el tiempo con amane-kun.

—asi que... Maldice a quien quieras en voz alta.

El soltó un suspiro pesado.

—ni entiendo cómo esa escoria fue capaz de hacerte eso...

—no agas nada.

El levantó su mano ya que estaba en cama, acariciando mi mejilla me miraba muy preocupado, al parecer tras ese pervertido... Había alguien que se preocupaba por quienes le importan.

—ya no sigas con eso—me acurruque más a su mano—ya paso, tu eres el que más sufrió daños, deberás te lo agradezco mucho.

—no puedo permitir que toquen a mi chica—tomo una de mis manos y la beso— no te vuelvas a meter así. No lo agas.

—no puedo dejar que lidies con todo tu solo.

—para mi eso no es problema, si lo ago es por qué quiero no por obligación o algo parecido.

Y entonces me rompí, caí en llanto abrazandolo mientras seguía en cama, no sabía que hacer ni cómo reaccionar, pero sus palabras lo hicieron todo. Y el me dió ligeras palmaditas en la cabeza.

—ya tranquila, no tienes por qué llorar, ya sabes que siempre me encanta ver una sonrisa en tu rostro.

—no me gusta ver lágrimas en esos ojos tan bonitos que tienes.

Limpio ligeramente mis lágrimas, el tacto de su mano... Su suave mano. Tenía la piel más suave que alguna vez haya tocado.

Bese tiernamente su nariz antes de levantarme.

—mejor descansa... Yo necesito dormir.

Le di una ligeras palmaditas en la frente antes de salir de su habitación.

—espero verte mañana—dijo tras mio.

—lo Aras, por ahora... Solo duerme, lo necesitas mucho para poder recuperarte del todo.

—no quiero—se quejo—vamos, no te vayas.

—lo siento, pero si esto se trata sobre una cuestión sexual, me tendré que negar por ambos.

—¿Y por qué no?

—por que estás herido, y yo estoy cansada.

—no seas así, quizás y se te quite lo cansada.

—otro día.

Suspiro.

—esta bien—se rindió finalmente.

—gracias—estaba tan aliviada.

—pero, alguno de estos días te atraparme por sorpresa, y no escaparas de mi.

Esa respuesta me hizo tragar en seco.

—como digas.

—entonces está bien.

A la mañana siguiente estaba ayudando a mamá a cocinar.

—¿Te puedo preguntar algo mamá?

Ella se giró para mirarme con duda.

—claro.

—es que le preocupa mi padre...

Ella dejó de hacer lo que estaba asiendo para venir y acompañarme.

—mira, tu ya eres una mujer. Y no te tengo que esconder este tipo de cosas. Estás por cumplir diecisiete la semana que viene.

La verdad es que el tiempo aquí paso muy rápido.

—y tu padre... El tenía una aventura, pero se dió cuenta que contigo no podría hacer nada.

—te dejo aquí, en pocas palabras el te abandono, el te iba a abandonar a tu suerte, pero no lo permiti.

La verdad no me sorprendió para nada, por qué yacía tiempo que notaba esto.

—no es nada importante ahora—dije.

—tu tranquila que aquí nadie te ara nada.

—si, la verdad ni me interesa saber sobre papá.

Desde ese momento bloqueé a mi padre de cualquier red social, quizás amane-kun tenía razón. No tenía que preocuparme.