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Ella asia que la tocará, tomaba mis manos y empezó a hacer que la manosear de muchas maneras, su expresión sonrojada aún permanecía pero sus deseos eran igual que los mios.

-no se por que permito esto... Pero no quiero que dejes de tocarme...

-atrevida~

-yo no te he estado acosando todo este tiempo.

Solo besaba su cuello, ella abrazaba mi cabeza para sentirme mejor, sus pequeños quejidos salían de su boca, poco a poco la fui desvistiendo, no del todo.

Solo se que ella me beso en los labios, y yo lo fui intensificando, a medida que nos besábamos me iba quitando la ropa en lo que subíamos las escaleras, ella no dejaba caer ni una sola prenda de vestir al suelo.

La metí a mi cuarto, hice que tirará todo lo que traía en manos, la tumbe en la cama quedando entre sus piernas, terminé de desvestirla.

-que gran vista-vacile apretando uno de sus pechos.

Aunque no era de mucho busto... Para su edad es una tamaño más que aceptable, tome ambos pechos y empecé a apretarlos, sus gemidos. Eran lo que quería escuchar toda la noche.

Al parecer le gustaba, por qué abrazaba mi cabeza lamía y besaba sus pechos.

Hasta que me sentí lo suficientemente mojado como para hacerla gritar. Ella solo tenía cerrados sus ojos mientras terminaba de desnudarme.

Hasta que sentí nuestras pieles compactar con la del otro.

—llevare acabó el cometido—dije en un susurro para después introducirme  poco a poco dentro de ella.

A medida que iba entrando ella se retorcía. Suplicando me que parará. Pero era demaciado bueno para parar así como así. Hasta que de una sola estocada terminé de estar, ella grito en ese momento.

Espere unos cuantos segundos antes de irme moviendo suavemente, Dada suaves pero estocadas profundas. Hasta que ella abrazo mi cintura con sus piernas enredandolas en mi, así que lo tome como una señal de que siguiera.

Mis movimientos fueron aumentando de velocidad, sus gemidos también. Ya no eran de dolor. Eran de súplica nada más, me gritaba que le diera más, tome se su cintura para profundizar mis embestidas.

Tenías sus manos sobre su cabeza, y fui subiendo una de las mías, acariciandola antes de entrelazarla dándole muchas embestidas.

Mis movimientos eran rápidos y profundos, sentía mucho la necesidad de todo esto. Desde un principio fue así. Hasta que la puse en cuatro, besaba ligeramente su espalda y me metí en ella de una buena vez por todas.

Esto no quedaba hay, la aria mia de todas las maneras posibles, asiendo la gritar hasta que se quede sin garganta.

Hermanastros || amanene 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora