Capítulo 5

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Dylan

Me quedé con los demás escogiendo las variedades de tragos que nos daban, la verdad nunca pensé que existirían tantos y me impresionó tener que probar de todo un poco, por supuesto que esto no está autorizado por mi tutor temporal llamado Damián "él que no aguanta nada" y por los adultos de esta celebración.

Los demás sacaban tragos a escondidas, prácticamente llevaban una botella con alcohol escondida o uno que otro tenía un contacto para que le entregara ciertos tipos de beneficios.

—¿Quién se toma este? —preguntó una de las chicas del grupo—, yo digo que Dylan dé el primer paso ¿Qué opinan los demás?

—¡Dylan! ¡Dylan! —acepté con gusto el shot y lo moví para adivinar que era—, ¡Fondo, fondo!

—Bien, lo haré —reí y lo bebí con rapidez, me quemó la garganta al primer intento, quedé feliz.

—No creo que esté bien —se quejó Noah a mi lado—. Sabes que no podemos consumir esto y te haces el jodido rebelde.

—No te metas Noah.

—¿Por qué? Damián se va a molestar contigo y no quiero eso...

—Él es simplemente quien nos está ayudando, no te equivoques hermano —sus ojos demostraron tristeza—, ¿o se te olvida que nos va a entregar a una familia?

—Eres cruel.

—¿Yo? Digo la verdad, que le den... no quiero saber que vamos a tener nueva familia pasado mañana.

—Pero quizás él...

—No te ilusiones —di otro trago—, y no bebas que dos borrachos no hacen ninguno.

—Me siento mal Dylan —mi hermano menor colocó un puchero—, me duele mucho la cabeza.

—Duerme en ese sofá, no puedo hacer nada Noah.

—Mhm —caminó hacia donde le dije y allí se quedó con los ojos cerrados.

Cuando él se enfermaba y estábamos viviendo en ese lugar no teníamos como encontrar medicamentos o algo que nos ayudara, simplemente dejábamos que se nos pasara, una vez casi se muere Noah de una fiebre y nuestra tía no fue capaz de mover un dedo por nosotros, recuerdo que desesperado le dije al vecino quien nos ayudó con un par de medicamentos, era un anciano, hizo lo pudo y agradezco que lo haya salvado.

—¿Te unes? Vamos a ser otra ronda, además acaban de llegar Tyler y Blake, son muy buenos en esto.

—Claro Henry, ahora los sigo, deja que me tomo el último —estaba por llevarme el vaso a la boca y sentí una mano que me detuvo.

¿Qué carajos?

—¿Qué fue lo primero que te advertí, Dylan? —me congelé apenas escuché esa voz, Damián está frente a mi con una cara de pocos amigos.

Mierda. Creo que estoy frito.

Damián

La boda de Samantha es espectacular, me he divertido la gran parte de la noche y cuando supe que los chicos estaban adentro con mis sobrinos y familiares me sentí muy aliviado porque tenían a alguien con quien conversar. Por mientras me quedé hablando con mi hermana y bailando con ella.

—Te has lucido Sam, está genial.

—Gracias se cumplió mi sueño, siempre quise algo así —sonrió—, ¿y tus niños?

—¿Mis niños?

—Así es, ¿o no planeas quedártelos?

—Hmm, es difícil —suspiré caminando hacia el césped y Sam me siguió.

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