Capítulo VII

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Después de que mamá me hiciera dar un discurso agradeciendo a todos su asesitencia, (y ya sabe la vergüenza que me dan esas cosas, pero supongo que me está acostumbrando para cuando me toque reinar).

Miré por todos lados y Nico no estaba por ahí, por lo que no me había oído y no me iba a descubrir.

Por fin después de los aplausos y de nuevas felicitaciones me dejaron salir.

Mi corazón iba a mil, ¿si resulta que no le gusto? ¿Y cuando le cuente lo de Nicolás?

En la fuente estaban tres personas, una de ellas estaba sentada de cara a ella y consultando el reloj,otra se estaba levantando para irse y otra esperaba a alguien.

Me detuve a observarlos, tanto como me permetía la luz, tanto que los tres se quedaron mirándome; pero rápidamente volvieron a desviar su mirada de mí.

El que se estaba levantando se marchó al fin; el que estaba esperando a una persona al final se encontró con ella; y el que consultaba el reloj...era...¡Nicolás!

¿Habría quedado el también con su amor platónico con quien jamás se casaría pues yo ocuparía ese lugar?

Me acerqué tímidamente a él. Me saludo con una sonrisa.

-¿Qué haces aquí?-Le pregunté intentado sonar indiferente.

-Si te lo dijera no me creerías.

Me reí sin saber porque, supongo que la culpa me carcomía el estómago.

-¿Vienes a dar un paseo?

No sabía que contestarle.

¿Debía quedarme a esperar a mi super ciber-cita o irme con él y pasar el mejor momento de mi vida?

¿Quizá @mi príncipe azul era el chico de pelo oscuro que se había levantado e ido al ver que no llegaba su cita?

Consulté el reloj...si,puede que fuera él, eran las doce y media,seguro que desesperado se había marchado porque yo no acudía.

¿Qué se le iba a hacer?

El supuesto y misterioso "N" ya no estaba,le había perdido de vista y tenía a un chico marvilloso delante de mí.

Nicolás me miraba,extendió
su mano y yo la cogí. El contraste de mi mano fría con la suya caliente me produjo un escalofrío

Nos fuimos alejando de la fuente,del palacio, de la gente y de la música;sólo él y yo.

Nos sentamos en la hierba al lado de los límites de mi casa, teníamos un pozo enfrente rodeado por flores blancas y violetas.

Cogió una de ellas, me la dió.

-¿Por qué haces esto?-Le pregunté.

Se encogió de hombros.

-¿Y tú que hacías en la fuente?

-Esperar.

Levantó una ceja de una manera muy atractiva y dejó el tema.

Algo que agradecí.

Empezamos a hablar cada uno de nuestras cosas.

-La cosa,es que no esperé que fueras tan vergonzosa Isabel.

-Pero que dices,soy la persona más atrevida que conozco; bueno, ahora te toca a tí,¿prueba o verdad?

-Prueba.

Me tomé mi tiempo.

-Mmm...tienes que tirarte rodando cuesta abajo.-Le sonreí pícaramente.

-Muy bien,pero no lo haré sólo.

Y en ese mismo instante me cogió del brazo y me lanzó con él.

Caímos rápidamente,y en cuanto estuvimos abajo nos paramos el uno muy cerca del otro.

No pensé que ocurriría pero en ese momento nos acercamos lentamente y me rozó la mejilla con su mano. De pronto su cara cambió y se apagó.

-Antes tenía miedo de
casarme.-Quitó su mano de mi cara y me cogió la mano.-No estaba seguro, no sabría que me...-Suspiró.

Yo esperaba que siguiera, pero no lo hizo,casi podía oir el latido de nuestros corazones sonar a la par, tan rápido que parecía que se nos iban a salir del pecho.

Sonreí para romper el silencio y para hacerle sentir mejor, además fue una reapuesta muda porque no me salían las palabras, me había quedado sorprendida.
Él me devolvió su perfecta sonrisa.

Se levantó y me ayudó a levantarme cogiéndome de nuevo la mano, aunque no noté que me la hubiera soltado antes. 

-Te tengo que contar algo.-Me dijo.

¿Algo más?

@MiPríncipeAzulWhere stories live. Discover now