5.

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- ¿De qué sabor vas a querer?
- Nuez.
- Esta bien.

Shawn había tomado esa maña de sacarme a pasear todos los fines de semana, si, él era un muchacho muy comprensible y no le daba vergüenza dejarse ver con su novia "adolescente embarazada", no cómo a mi, que me daba vergüenza salir. Pero ya me estaba acostumbrando, digo, aun faltaban ocho meses que soportar.

- ¡No puede ser! -Dijo una muchacha casi de mi edad al verme sentada en la banca, mientras Shawn compraba un helado a al menos uno o dos metros, la miré bajo las gafas de sol.
- ¿Hola?
- ¡Eres Arabella Pieterse! ¡La novia de Shawn!
- ¡Eyy, si, soy yo!
- ¿Nos tomamos una foto?

Me encogí de hombros mostrándole una sonrisa amable, la chica se sentó a mi lado y nos apuntó con la camara frontal de su Iphone 5. Cuando terminó de tomar la foto, la miró unos segundos y se giró a mi.

- ¿Es verdad que estás embarazada?
- Ehm... Si.
- No pareces muy feliz...
- Lo estoy, ¡Claro que lo estoy!
- ¿Es por qué eres muy joven, no?

No supe que responder, ¿Qué sabía ella de eso? ella vivía su vida normal de adolescente, pidiéndole fotos a las novias embarazadas de sus ídolos, ¿cómo es que me iba a hablar sobre eso? Si, al principio no quería, pero como ya lo había dicho, me tenía que acostumbrar. Ella se río.

- Tu dirás: "Qué sabe esta desconocida sobre eso". Pero créeme -Miró allá por donde se encontraba un globero, un niño rubio le pedía a su abuelo uno de esos grandes lleno de colores-. Se mucho. Cuándo los tienes en tus brazos por primera vez, sabes que fue el mejor error que has cometido.

El chiquillo vino corriendo hacía ella, con el globo amarrado a su muñeca, tenía las mejillas rojas, llevaba un gorro y chamarra negra que lo hacía ver regordete. No pasaba de unos tres años. Dijo con dificultad: "Mira mami, un globo, un goblo, mi abuelo me lo compró" y ella no paraba de decirle "Es muy hermoso mi amor, tanto como tú, principe". Me pregunté si yo llegaría a hacer aquellas cosas, me aterraba la idea de tenerlo entré mis brazos, pero ver aquella tierna escena y escuchar las palabras de la chica, me hizo comprender muchas cosas: Que si, había cometido un error, uno muy pequeño y frágil, que todo había sido nuestra culpa, la consecuencia no. Y que tenía que quererlo, protegerlo y adorarlo más que mi propía vida. Sonreí, pasando saliva para no ponerme a llorar ahí mismo. Shawn llego a mi lado, mostrandome su perfecta sonrisa. La chica rubia no pudo evitar la emoción, le quité los helados de la mano para que se tomara fotos con ellos, también con él pequeño y por primera vez fui yo quien hizo un comentario del... bebé.

- Así te veras de guapo cargando al nuestro.

SOLO 16. | s.mWhere stories live. Discover now