Superviviente

Capítulo 7.

El estruendoso sonido de una discusión resonó dentro de aquella casa habitada ahora por los sobrevivientes.

-¿No se preocupan ni un poco por el pobre Goku? -preguntó el regorderte muchacho mientras forcejaba con una caja fuerte de un gran tamaño acompañado del Komuro quien se puso bastante nervioso.

-Podrian atraer a los zombies así -murmuró el castaño rascando su mejilla.

-Hmm, puede ser, además hay muchos zombies afuera -murmuró el otro chico aunque este dejó de prestarle interés al tema cuando por fin logró su objetivo.

La caja fue abierta y allí el petizo encontró lo que para él era el equivalente a oro, mucho oro.

-¡Armas de fuego! -exclamó Kumuro asombrado y algo confuso por el origen de las mismas- "¿Por qué la amiga de Marikawa-sensei tendría algo así?" -se preguntó sosteniendo una escopeta recortada.

Goku estaba nervioso, Saya lo miraba muy molesta y sonrojada, probablemente porque lo vio a él y la enfermera muy pegados, aunque no creía realmente que estuviera celosa, ¿o sí?

-¡Espera Saya-chan, y...yo tampoco lo sé! -exclamó el muchacho pegando su espalda al respaldero de la cama ignorando el dolor de su cuerpo por el miedo que le tenía a la hermosa joven de coletas que lo seguía peligrosamente.

-¿Hablas en serio? ¡No soy tan tonta! ¡¿Cómo se te ocurre estar haciendo estas... cosas pervertidas luego de despertar?! -preguntó llena de ira jalando una las mejillas de Goku que no evitó chillar de dolor.

-¡Duele mucho! ¡Ya te dije que no lo sé! -exclamó el joven adolorido en forma chibi acercándose repentinamente al rostro de la Takagi que se ruborizó por el acercamiento repentino.

-¡Mentiroso! ¡N...no te creo! -exclamó la joven soltando al azabache que la miró con el cachete rojo- Pe...pero estás muy lastimado como para darte una buela lección -comenzó a murmurar recordando el beso que le dio cuando aún estaba dormido.

La cabeza de la chica soltó algo de humo, al parecer no fue la única se aprovechó de su amigo, eso le molestaba.

-¿Qué es lo que hacen ustedes dos? -Yuuki, la bella castaña preguntó desde la puerta sosteniendo una bandeja y levantando una ceja.

Saya se exaltó y rápidamente salió de la cama para alivio de Goku, que duró poco al girarse y notar a la plácidamente dormida Marikawa que dejaba a la vista sus enormes pechos por lo que tuvo que desviar su rostro.

-¿Y... Yuki? ¿te habías quedado con nosotros? -preguntó el muchacho sentándose sobre la cama y cubriendo con parte de la frazada a la rubia intentando ignorarla.

Además tenía la mirada fija de Saya sobre él, tan fija como un cuchillo contra un cuello, un movimiento el falso y moriría sin dudas.

Una sonrisa pícara y divertida se apoderó de la expresión de la castaña.

-Bueno... quiero sobrevivir el mayor tiempo posible, elegí la mejor opción -respondió mirando directo a los ojos del chico.

Era claro que este muchacho sería un sobreviviente, era fuerte, tenaz, hábil y sabía tomar las decisiones duras.

Goku en cambio se puso más serio recordando todo lo acontecido anteriormente por lo que una molestia lo invadió.

-¿Ese maestro...? -preguntó Goku mirando a Saya esperando una respuesta.

-Luego de que perdiste la consciencia abandonamos rápidamente el lugar, no sabemos que fue de ellos y tampoco me interesaría si un zombie termina con sus despresiables vidas -respondió la joven con frialdad causando que su amigo suspire estando de acuerdo con ella hasta cierto punto.