Capítulo 2.

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El líquido rojo carmesí decoraba las paredes por donde la pareja pasaba, ambos detroaban a cualquiera de esas cosas que se cruzaban por su camino. Eran lentos, tontos y no tenían conciencia, lo único que tenían de su favor era su cantidad, eran masivos y eso tarde o temprano los desgastaría, pero por el momento Goku tenía la motivación suficiente para seguir por mucho más.

-¡Gaaaah! -el pelipuntas exclamó arrojando hacia un lado a un zombie y eso fue aprovechado por la muchacha que lo remató destrozando el cuello del ser de una tajada.

Ambos rápidamente se habían adaptado al otro y eran sumamente compatibles, uno actuaba a media distancia y la otra a corta por lo cual se les era fácil avanzar.

-"Maldición, no acaban de aparecer" -pensaba Goku mirando como de los oscuros pasillos seguian apareciendo más y más.

La preocupación lo inundaba más y más, imaginarse a su amiga de esa forma lo alteraba de cierta manera y eso tarde o temprano tendría consecuencias.

-¡Cuidado! -Saeko exclamó evitando que uno de los zombies llegara a Goku con ayuda de una patada en el tórax que lo mando hacia atrás, Goku volvió en sí y con su arma lo decapitó.

-Rayos, l...lo lamento sempai -Goku se disculpó negando con su cabeza.

Miró por unos momentos una de las ventanas y se estremeció cuando vio la masacre que ocurría en los campos de la academia.

Jóvenes que eran devorados vivos, viseras esparcidas por todos lados. Zombies que incluso sin miembros de sus cuerpos se arrastraban dejando sus tripas en su camino.

Baños de sangre, gritos desesperados, personas conocidas convertidas en monstruos hizo que comenzara a sudar frío y respirar con pesadez.

Había estado acabando con estos seres porque se centraba en encontrar a Saya, pero ahora que había tomado un momento para pensarlo. Estaba terminando con la existencia de personas como él, seres que fueron humanos alguna vez.

Se miró a sí mismo y se vio manchado de sangre, sus manos por poco dejan caer su arma por el temblor que había surgido.

La estamina del momento estaba bajando rápidamente.

-¿Q... qué he hecho? -se preguntó.

Saeko analizaba las expresiones del joven y lo entendió rápidamente por lo que él estaba pasando, porque alguna vez ella misma había salido de aquel pozo de empatía humana, pero aquello no era necesario con estas cosas.

-Ellos ya no son humanos, dejaron de serlo en el momento en el que se volvieron inconscientes, desde el momento que comenzaron a comer personas -habló la oji violeta llamando la atención de Goku- Tienes alguien quien te preocupa, ¿no? Haz como lo has estado haciendo hasta ahora y concentrate en ella -habló la mujer con seriedad apretando el mango de su arma con fuerzas sintiendo la sangre entre sus dedos- Y si en realidad es un pecado lo que estamos haciendo, yo lo cargaré contigo -terminó acercándose a Goku asombrando por completo al chico quien la miraba fijamente.

Goku cerró por unos momentos sus ojos calmando sus expresiones y tras volver a abrirlos Saeko lo supo, había cambiado.

-¡Sí!

Una disposición había surgido dentro de él.

-Avancemos -la voz de la mujer se hizo presente a lo que Goku simplemente asintió.

Su arma fue apretada con fuerza por aquellas manos manchadas de sangre.

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Takagi Saya era una joven inteligente, por muchos una prodigio, capaz de solucionar varios problemas tan rápido surgiesen.

En estos momentos eso se estaba poniendo a prueba, había sobrevivido a la primera tanda de problemas, pero sabía que no terminaba allí.

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