Multimillonario y camarera

John

- John... 

- quédate, por favor, quédate - me aferro más fuerte a su cuerpo. 

Ella ríe divertida. 

- tengo que irme, tengo que trabajar 

- a la mierda ese trabajo 

- ¡John! 

- perdón... - gruño. 

- venga, suéltame o llegaré tarde 

- por el amor de Dios Tara, llevamos tan solo seis horas como pareja y ya te quieres alejar de mí... - me quejo en su pecho. 

Oigo cómo ríe.

- sabías que tenía que trabajar hoy

- no pienso dejarte ir 

- ¡John! - dice divertida. 

- ¡Tara! - hablo más fuerte. 

Carcajadas. 

Pasamos la mejor noche de mi vida. 

Nos la pasamos haciendo el amor una y otra vez. 

Despertando al otro cada vez que ansiábamos atención. 

Pero ahora, a las tan solo siete de la mañana me quiere abandonar por un trabajo. 

Pues no lo pienso permitir. 

Por supuesto que tuve que permitirlo. 

No solo porque Tara me amenazó con dejarme si no la dejaba ir sino porque me prometió dormir esta noche también en mi casa. 

Pero yo pretendo que en cuando termine su horario de cinco horas, venga directamente conmigo. 

Por eso que estoy aquí, en una mesa de la cafetería mirando embobado a Tara servir mesas y atender clientes. 

Me deleito sin entender cómo es posible que un ser sea tan hermoso. 

Soy incapaz de despejar los ojos de ella. 

De vez en cuando, ella me regala una sonrisa y miradas sonrojadas. 

Llevo ya mi quinto café solo para que me atienda y me regale más de sus sonrisas. 

- John no pienso servirte más café, te va dar un infarto al corazón

- son las consecuencias de que tú me hayas mantenido la noche entera despierto - digo sonriente haciendo que ella casi derrame el café.

- ¡John! - me susurra a grito avergonzada por mi comentario. 

Yo sonrío enamorado. 

- no es bueno tanto café... 

- sé perfectamente que estás dándome descafeinado 

Ella intenta no sonreír pero no funciona. Bufa divertida. 

- John... ¿por qué sigues aquí? 

- quiero esperarte a que termines 

- todavía quedan tres horas, ve a tu casa, iré cuando termine 

- no quiero, puedo esperar tres horas 

Ella sonríe. 

- estás muerto de sueño

- tú también pareces cansada, debería ser eso motivo para mandarte a casa