John

18.9K 852 132
                                    

Me paso el resto del día en mi oficina trabajando. 

En realidad... haciendo que trabajo, porque soy incapaz en ningún momento de dejar de pensar en ella. 

Pero no solo en ella. 

Tengo la cabeza hecha un lío. 

Me comunico por el interfono con Richard. 

- Richard, contáctame con mi abogado 

- sí señor

... 

- ¿Señor Peters? 

- Arnold, cómo estás 

- muy bien señor Peters, cómo está usted, me sorprende su llamada, acaso ha ocurrido..

- no ha pasado nada Arnold, tranquilo - le tranquilizo - quería preguntarte algo.. 

- dígame señor 

- es sobre un asunto de... - decido ir al grano - ¿tú controlas de divorcios? 

- ¿perdón? 

- de divorcios, sé que no eres un abogado especialista de separación matrimonial pero... quería saber si sabes de ello... 

- espere un segundo señor, ha ocurrido algo que deba saber... 

- no Arnold, no ha ocurrido nada, ni me he casado ni pienso divorciarme de nadie, tranquilo, solo contesta a las preguntas 

- ah bueno, en ese caso me alegro.. digo,.. me quedo más tranquilo señor.. no digo que me alegre de que no se case, Dios lo quiera pronto.. - ríe nervioso. 

- Arnold.. - me impaciento aunque al momento se me pasa por la mente la fugaz idea de yo casado.. 

Se oye cómo carraspea la garganta. 

- bien, pues... como sabe no soy especialista en esos ámbitos pero sé lo básico por supuesto 

- ¿sabes si se puede quitar un hijo a una madre solo por el abogado? 

- ¿perdón? qué quiere decir 

- digo que solo porque un abogado sea muy bueno en su trabajo se le puede quitar un hijo a una madre 

- bueno señor... 

- responde Arnold 

- aunque me cueste admitirlo debo decir que sí señor, ya sabe lo ambigua que puede ser la ley señor 

Chasqueo la lengua. 

Maldita sea. 

- ¿conoces a alguna abogada de California especialista en ello? 

- ¿perdón? 

- ¡que si conoces a alguna roba hijos joder! - me sorprendo. 

He estallado y no tenía motivo, esto no es propio de mí, 

Cálmate maldito idiota, qué haces. 

Me giro y miro por el ventanal, suspiro y cierro los ojos calmándome poco a poco. 

- bueno señor... conozco a muchos abogados, pero me temo que si no especifica no podré serle de ayuda 

Suspiro derrotado. 

Estoy haciendo el imbécil solo porque estoy enfadado por todo lo que le está pasando a Tara. 

- perdona Arnold, siento haberte hecho perder el tiempo

- oh, no se preocupe señor, en lo que pueda ayudarle ya sabe donde estoy, de todas maneras investigaré 

- claro.. - corto la llamada. 

Multimillonario y camareraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora