En el año 1998, la ciudad de Raccon City se vio invadida por un virus creado por la Corporación Umbrella. Este virus no era como los demás; cambiaba a la gente, los convertía en monstruos. La ciudad se destruyó el 1 de octubre de ese año, pero las c...
"Todo santo tiene un pasado y todo pecador tiene un futuro."
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Pero impactó contra dos brazos que la atraparon, evitando quedar aplastada.
-Gracias por dejarte caer- la voz grave tan conocida la calmó completamente.
-Leon- sin poder controlarse, le abrazó del cuello, agradecida- Gracias.- Murmuró contra su oído.
-No hay de que- mantuvo el agarre sobre ella, aliviado por hacer caso a su instinto y permanecer en aquel lugar.- ¿Qué ha pasado?
-El enano me ha inyectado el parásito- le explicó, bajándose de sus brazos.
-Joder, ¿y cómo te sientes?
-Es... extraño, lo noto aquí- señaló su pecho, en la zona de su corazón- ¿Eso es normal?
El hombre negó, con el ceño fruncido.
-No sabemos cómo te afectará a ti, será mejor que nos movamos.
Olivia observó a su alrededor, solo las luces de sus linternas iluminaban el camino, todo estaba oscuro y el único sonido que les acompañaban era el de sus pasos sobre el agua. Los cadáveres de las victimas de Ramón tampoco ayudaban a aligerar el ambiente.
-Estoy aquí- le escuchó, con voz tranquilizadora.
Olivia asintió, tragando duro, agradeciendo no estar sola.
-Gracias- murmuró.
-¿Quieres tomarme de la mano?
-En otra ocasión lo aceptaría con gusto, rubio- sonrió nerviosa- Pero ahora mismo, mi cordura depende de tener una mano sobre la linterna y la otra sobre la pistola.
Leon asintió con la cabeza, intentando no emocionarse con las palabras de su compañera: "en otra ocasión lo aceptaría con gusto".
-Tu miedo, ¿viene por algo que viviste?
-Me recuerda a cuando Umbrella me tenía cautiva. Esos tres años los pasé en un estado de coma inducido en el que ellos me metieron para poder estudiarme- su compañero se giró hacia ella de golpe.- No es tan horrible como suena- mintió- Pero me desperté sola, en medio de la oscuridad y de recuerdos desagradables.
-¿Cómo saliste?
-Un soldado me rescató. Chris Reddfield, le debo mi vida.
-¿Chris? Nunca dijo nada sobre ti.
-Bueno, quise ayudarles en la B.S.A.A., estuve un tiempo con ellos antes de que el servicio secreto me llevara con ellos. Y ya te dije que soy un secreto de estado.
-Lo recuerdo- asintió- Creía que solo estabas vacilando.
-¿Sabes lo borde que fuiste? Yo iba con toda mi buena intención y me encuentro con un capullo machista.
