VENGANZA

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Egan hizo un gesto que no pude comprender y en cuestión de segundos, cuatro tipos con fusiles me apuntaban y otros dos se llevaban a Atenea y a Zeus fuera de la habitación

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Egan hizo un gesto que no pude comprender y en cuestión de segundos, cuatro tipos con fusiles me apuntaban y otros dos se llevaban a Atenea y a Zeus fuera de la habitación.

No podía recurrir a mi arma, podría disparar a uno, pero una metralla de unas cinco armas me mataría al instante. Quise salir del círculo que me rodeaba.

-No les harán nada. -justificó Egan-. Te daré una única oportunidad para vengarte de la muerte de Roi.

Mis ojos se llenaron de ira contenida, lo único que me pedía mi raciocinio era acabar con su vida entre terribles sufrimientos.

Él pidió que salieran todos de la sala, allí estábamos, los dos solos, saqué mis dos cuchillos y él sacó el suyo, uno dorado, –no podía ser más feo a la vista– Quería ver sangre en su cuerpo, ver cómo sus ojos se iban cerrando lentamente. No merecía una muerte rápida, como es la que te proporciona un disparo en la cabeza o en el mismo corazón. 

-Dejemos los cuchillos por el momento, vamos a pelear de verdad. Sin armas. -propuso completamente confiado.

-Si así quieres, así será. -acepté, guardando mis cuchillos en su respectivo sitio.

"Nunca dar el primer golpe"

Egan lanzó un puñetazo el cual resultó en un fracaso al yo esquivarlo, perdió el equilibrio y torcí su brazo detrás de la espalda, en esa posición le llevé hasta la pared y golpee su cabeza repetidas veces, hasta que él se liberó con un cabezazo en mi nariz.

Aparté la sangre de mi nariz y él me imitó con la sangre que recorría por su ceja llegando hasta su ojo.

"Busca su punto débil"

Tenía que buscarlo, sólo necesitaba tiempo. Miré a mi lado y encontré un vaso de cristal recientemente usado y lo tiré en su dirección.

"Usa los objetos de tu entorno a tu favor. Cualquier cosa puede ser un arma"

Consiguió esquivarlo, pero no salvarse de todos los pedazos de cristal al estamparse contra la pared, pues uno de esos cristales alcanzó a cortar su pómulo, dejando un recorrido horizontal de sangre en aquella zona.

Se acercó a mí rápidamente y aproveché que me encontraba delante de la mesa, le empujé hacia ella y se golpeó en el abdomen con un lado de la mesa, alcancé a coger un cigarrillo todavía encendido y lo posé sobre la herida del pómulo, provocando un grito en él.

Pareció recomponerse rápido y me proporcionó un derechazo en la cara, la fuerza de este hizo que cayera al suelo algo desorientada, entonces una patada acabó en mi estómago. Todavía desorientada él me agarró del abrigo, grave error, agarré sus muñecas y las torcí, dejándolas inutilizables en ese preciso momento, entonces con una técnica marcial conseguí tirarle al suelo con ayuda de dos golpes en sus rodillas, pisé su abdomen y este se encogió. Saqué a traición uno de mis cuchillos y rajé la parte baja del abdomen.

TIRARME POR EL PRECIPICIO |Dominio Negro|Where stories live. Discover now