FLASHBACKS - flashback 2

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Flashback 2 - "Dejaste huellas y cicatrices"

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Flashback 2 - "Dejaste huellas y cicatrices"

Altea - Transcurrido en 2012 cuando Altea tenía 9 años.

Trataba de atender a la clase y tomar apuntes hasta en el momento en el que una hoja arrugada hecha una pelota llegó hasta mi pupitre. La agarré y la abrí:

"Deberías de ir a ayudar a tu hermanito, estúpida"

Me giré hacia atrás, intentando descubrir al que había escrito aquella molesta nota. ¿Era una broma para molestarme o era cierto? ¿A Kilyan le ocurría algo de verdad?

Levanté la mano. -¿Puedo ir al baño?

-Claro Altea, vaya. -respondió el maestro Hernández.

-Gracias. -recogí mis cosas y salí de clase, pensé en ir al patio, exactamente a aquella zona en la que estaba bastante escondida y nadie que no pasara por allí mismo podía ver que hacían allí.

En ese lugar llamado "el escondrijo de los porretas" era destinado para drogarse, fumar y darse mucho amor.

Cuando pasaba por el patio, empecé a escuchar gritos, empecé a correr hacia dónde creía que procedían las voces, en el escondrijo de los porretas vi a unos 5 chicos mayores rodeando a mi hermano, que estaba muy golpeado de rodillas en el suelo, tenía sangre alrededor de la nariz, el ojo y la boca.

-¡Kylian! -grité corriendo hacia él, pero uno de los chicos me empujó tirándome al suelo. Aquel chico se llamaba Benja y era conocido por ser el abusón del colegio.

-No se te ocurra tocar a mi hermana, payaso.

-¿Cómo te llamas? -me preguntó.

-¿Por qué habéis pegado a mi hermano? -cuestioné, evitando responder su pregunta.

-Son temas de mayores, tu hermano tenía que vender una cosa y perdió el producto, ahora le toca pagar por ello. -me explicó.

Miré a Kylian, ¿por qué ha vendido droga? No sabía qué hacer, esa gente me superaba en altura y fuerza, no podía defenderle, me quedé en shock. Por mi culpa, siguieron golpeándole, una y otra vez en el estómago, cara y en la espalda.

-¡Dejadle en paz! -grité, sabiendo que eso no serviría de nada.

-Vete de aquí niñata. -contestó el que me había empujado. Observé sus nudillos morados y ensangrentados-. Si no te vas, le haré cosas mucho peores a Kylian.

-No le dejaré sólo.

-Altea, vete. -dijo cómo pudo mi hermano.

-No.

¡Qué te vayas! -alzó el tono. Y fui lo suficientemente cobarde como para hacerlo, estaba aterrorizada, pero no pensaba abandonarlo, fui corriendo y llamé a unos profesores.

Al llegar mi corazón se rompió en mil pedazos, los chicos ya no estaban y mi hermano estaba tirado en el suelo sin moverse, cubierto de sangre bajo la cabeza. Corrí hacia él repitiendo: "es mi culpa" "no me dejes, Kylian" "despierta por favor"

Su cabeza se había golpeado con un bordillo que rodeaba la esquina.

-Altea, lo siento mucho...

-¡Cállate, Kylian está vivo, sólo está cansado, está durmiendo! -grité llorando.

-Llamad a una ambulancia. -ordenó el profesor de artes.

Desde las palabras del médico: "lo sentimos mucho, pero Kylian no ha podido salvarse" cambié por completo y la poca importancia que mis padres le dieron a aquello me llenó de rabia y comencé a odiarlos, a sentirme incomprendida. Aunque hiciera aquello de vender droga, no se merecía eso de mis padres.

Tiempo después la culpa me llenaba y la rabia hacia aquellos chicos, aunque fueran expulsados, me obligó a no ir al colegio. Me escapé de mi ciudad para olvidar todo eso.

Tras pasar el duelo pensé en una venganza, que ocurrió años después. Gracias a Dagán.

7 años después. Narrado por Arturo - Narciso.

¿Cómo unos niños sin futuro podrían matar al hermano de una niña pequeña sin cobrar venganza? No podía dejarlo pasar al escuchar la historia de Altea, sin pensar Fran y yo cogimos dos pistolas y fuimos a Valencia, al lugar que nos dijo Altea, para darles su merecido.

Llamé a la puerta. -Hola. Buscamos a Benjamín. ¿Está en casa? -pregunté en cuanto abrieron la puerta.

-Soy yo, ¿qué ocurre? -preguntó un hombre de apariencia de unos veinti pocos años.

-Bien. ¿Vives solo? -preguntó Fran.

-¿Quiénes sois?

-No nos tutees. -dije, después entrar y cerrar la puerta tras nosotros.

-Iros o llamo a la poli.

-Vale chaval. -saqué la pistola y le apunté-. No te muevas, esto va por Kylian.

-Joder Kylian, no era mi intención matarle, me odio por eso. No lo hagas, por favor. -vociferó subiendo las manos.

No dije nada, sólo disparé y nos fuimos. Sin dejar ningún rastro ya que llevábamos guantes y tras buscar a los 3 tres culpables y dispararles, guardamos la pistola en una bolsa de plástico y la guardamos, para cuando llegásemos a Toledo, deshacernos de ella.

-Todo listo.

-Gracias, pero quería hacerlo yo. -respondió Altea.

-Era lo suyo, pero Dagán lo ha prohibido. 


Nota de la escritora: 

Sé que este capítulo es muy corto, pero quería dar un poco de contexto sobre la infancia de Altea, digamos sin profundizar mucho, ya que no me gusta estar dándole demasiada importancia al pasado. Aunque si queréis un poco más sobre este tema, decidlo y profundizo más.  

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