MARSELLA - PT2

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Sigo mirándola en silencio aún cuando ella sale de su coche y se coloca frente a mí, con una sonrisa, estaba actuando como si nada hubiera pasado, empezaba a molestarme

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Sigo mirándola en silencio aún cuando ella sale de su coche y se coloca frente a mí, con una sonrisa, estaba actuando como si nada hubiera pasado, empezaba a molestarme.

-Cuánto tiempo sin verte, Dagán. -se echa hacia atrás varios mechones de su cabello negro oscuro.

-¿Cómo sabías que yo estaría aquí, Alma?

Comienza a reír, mostrando esa sonrisa, que en un pasado, era la que me iluminaba cada día. -Sigues siendo igual de ególatra...No he venido por ti, tengo trabajo. -sube su mano y la acerca a mi rostro, automáticamente agarro su muñeca sin la suficiente fuerza como para hacerla daño. Ella asiente sin dejar de sonreír, aunque esta muestra cierta incomodidad-. Ya nos veremos. -termina por decir antes de marcharse y entrar al Elitered.

Olvídala, Dagán.

Céntrate en lo importante.

Tengo que encargarme de cosas más importantes, llamo a Fran para que compre maletas y otras cosas que nos servirían. Nos vamos a Marsella.

Yo, mientras tanto, tenía que pasarme al pazo para informar a los que había decidido que irían a esta misión, más tarde, a las tres horas –dicho por Carlos– debía pasarme de nuevo por Elitered a por el dinero e identificaciones en un sobre. Yo mismo decidí los nombres de cada uno.

(...)

-¿Cómo es eso de que tenemos que ir a Francia? -pregunta Altea, confundida.

Había citado en mi despacho únicamente a Ellie y a Altea, ya que no necesitábamos mucha gente para esto. Atenea, es nueva en Dominio Negro y tiene que adaptarse al ritmo del resto, mientras que Furia, es la líder y necesita mayor preparación, además que parece que ambas han congeniado bien.

-Habéis escuchado bien. Nos vamos mañana a primera hora.

-¿Y por qué solo vamos nosotras dos? -inquire Atenea mientras que limpiaba su arco –cuida más a esa cosa que a ella misma–

-Así lo he decidido. ¿Alguna pregunta más o podemos pasar al plan?

Ambas negaron con la cabeza, les sirvo un vaso de algún alcohol que tenía por el despacho y me puse a explicar todo lo que había pensado de camino al pazo, los cuatro hombres con los que había hablado me dieron información valiosa; planos del edificio, ubicación exacta, cantidad de cámaras y seguridad y más. Todo ello lo usé para pensar en un plan eficaz y rápido.

Necesitamos alquilar un coche –hecho, un Nissan blanco alquilado por los hombres de Elitered.

Un ayudante desde aquí para ciertos detalles del plan –hecho, Parlem será el encargado de esos pequeños detalles.

Todo lo demás del plan ya estaba pensado también, me quedaba la última parte; el tablero de ajedrez. Dejé que las chicas se fueran para entrenar o hacer cualquier otra cosa, salgo al balcón y me siento frente al tablero de mesa.

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