-Hola ¿Eli qué sucede? -susurro Stiles a su teléfono, estaba escondido detrás de un carro blindado. Se encontraba en medio de una misión y se hallaba entre un tiroteo con un grupo que llevaba tiempo buscando -Sabes que no puedes llamar a este número...
–Respóndeme algo –sabía que no era momento, pero Hayden quería salir de la duda –¿Theo fue más importante para ti que yo? –dijo Hayden con una opresión en el pecho que no esperaba tener.
Liam asintió, mordía su labio al sentir las miradas de sus ex y de su actual pareja.
–言葉で言って、彼女と明確にしてください (Dilo con palabras, se claro con ella) –dijo Hikari, ella entendía, pero no se sentía confiada hablando ese idioma delante de otros, ya que muy poco lo usaba con Liam, ya que el hablaba japonés.
–Se que paso hace mucho, pero desde que me entere no me puedo sacar de la cabeza que apenas me fui saliste con él –señala a Theo que enarca una ceja y frunció los labios –¿qué sucedió?
–No fue cuando te fuiste, no exageres, además fue difícil que me dijera que sí –dijo Theo en su defensa, saber que tenía que competir con dos personas más por la atención de Liam no le gustaba para nada.
–Tú y yo éramos unos niños, Hayden lo nuestro no se compara a lo que tuve con él –señalo a Theo que había borrado su expresión disgustada y tenía ahora una sonrisa de oreja a oreja y Liam no pudo evitar codearlo por eso –aunque como vez no funciono.
–¿Ahora es tu turno de explicar que me quitaron de mis recuerdos? –dijo Malia con una expresión de intriga hacía Scott.
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Los cazadores de Monroe, seguían presentes entre las sombras, pero ya podían andar tranquilos sin preocuparse de que los atacaran en sus casas o en las calles, ya que los policías habían apresado a la mayoría, aunque seguían sin encontrar rastros de Monroe, tal parecía que se había esfumado de Beacon Hills.
Esa tarde la ambulancia iba deprisa aún estando en medio de las fuertes lluvias, cosa que la coyote agradecía, la nena de tan solo dos años se encontraba conectada a un aparato respiratorio. Malia sentía una opresión en su pecho, ese día se encontraba sola en casa, aunque últimamente era así desde que se mudaron a la casa que Peter le regalo a su nieta al cumplir su segundo año con la excusa que no podía aceptar que su nieta viviera arrimada en casa de Melissa.
La desgracia ese día para la mujer coyote inicio al ver como su hija paso de estar jugando con su muñeca, a toser de forma seguida, Malia vio como los labios de su hija perdían color y como está comenzará a respirar con dificultad, Malia no lo pensó dos veces y llamo con prisa a emergencias.
Vivía cerca de Derek y Stiles, pero el pánico hizo que solo pudiera llamar al 911. Ya dentro del vehículo sus manos temblaban, lo primero que pensó fue en contactarse con Scott y la manada, pero se percató que había dejado el teléfono en el suelo de la sala al subir a la ambulancia.
–¿Había ocurrido esto antes? –dijo el paramédico a su lado, Malia negó mientras secaba las lagrimas qur empezaban a salir, sosteniendo una de las manos de su hija –me ayudaría que me dieras los datos de la menor.
