4. Martina

1.2K 264 91
                                    

Juanjo ingresó a la habitación, se había dado una ducha después de llegar y vestía solo un bóxer negro, se acostó a mi lado y yo lo abracé

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Juanjo ingresó a la habitación, se había dado una ducha después de llegar y vestía solo un bóxer negro, se acostó a mi lado y yo lo abracé.

—Estabas muy guapo —susurré.

—Gracias —dijo y volteó para mirarme—. Estuve hablando con Sara, mi prima... me dijo que trabaja como asesora de modas, le pregunté si podría ayudarte y me dijo que no había ningún problema, y lo mejor de todo es que no va a cobrarnos nada...

—¿Ayudarme? —inquirí confusa.

—Sí... quise presentártela, pero justo estabas hablando con Andrea y no quise interrumpir, luego la perdí de vista...

—Ajá...

—Bueno, estaba pensando que quizás ella podría orientarte sobre cuál estilo de ropa te quedaría mejor, es a lo que se dedica, ¿no?

—Sí, pero ¿por qué? ¿Tanto te molesta cómo me visto? —pregunté un poco confundida y enfadada, no comprendía su ofrecimiento y no me gustaba lo que me hacía sentir.

—No es eso, bebé, es solo que cada uno debe saber el tipo de cuerpo que tiene para poder sacarle el máximo provecho y usar ropa que le quede bien.

—Merce dice que cada uno debe ponerse lo que se le cante y le haga feliz —refuté nerviosa, sentía un calor que se me subía por todo el cuerpo, y no era precisamente un calor de los buenos.

—Bueno, Merce no es parámetro, ella siempre anda con ropa andrajosa como si fuera una cantante de un grupo de rock, ¿no? —inquirió con una sonrisa como si lo que dijera fuera divertido.

—Es lo que le gusta, la ropa no te hace mejor ni peor persona, Juanjo...

—No, pero dice mucho de ti... Tú tienes unas curvas que debes saber vestir, no te va cualquier tipo de ropa... y no es para que te molestes, porque tú sabes que a mí me gusta tu cuerpo, pero a lo mejor con el asesoramiento de Sara podrías verte mucho mejor. El vestido que tenías hoy te marcaba mucho... no te quedaba mal, pero te saltaba un poco la pancita... —dijo y puso cara de que aquello era tierno cuando a mí me resultaba violento.

No dije nada, pero en ese instante me dieron unas tremendas ganas de llorar, fingí que tenía sueño y me di media vuelta para dejar de hablar del tema, él se dio cuenta por lo que se giró y me abrazó sin tocar mi abdomen, él sabía que odiaba que me tocara allí.

—Sabes que me gustas, Marti, solo quiero que te veas mejor... —susurró en mi oído.

—Ya, mejor vamos a dormir, ¿sí? Estoy cansada —respondí porque no tenía ganas de pelear. No tenía caso, hablar con Juanjo era un laberinto del que nunca podía salir airosa.

No hizo caso, comenzó a besarme el cuello y sus manos se colaron en el short de mi pijama directo a mi entrepierna.

—Juanjo, no tengo ganas... —dije y me moví para zafarme.

Una chica como yoWhere stories live. Discover now