Capítulo 32: Vive tu vida.

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—No, no, gracias. —Reanudé mis pasos. El agua simple o suero era lo mejor después de saltar.

—Este —vaciló al hablarme—, Est. Ah, jaja, suena raro cuando digo "este" y luego tu nombre.

Me limité a observarle mientras me cambiaba el uniforme bajo la sombra. En mi piel no había marca alguna, el dolor muscular era leve, los entrenamientos que hacía eran más rigurosos desde hace unos años así que estaba acostumbrado a la fatiga. Aún así me centré en el moretón del vasto externo de mi pierna.

—Bueno, a lo que iba, ¿el sábado te quedarás al baile o irás a casa? —Respondí en automático que iba a casa.

¿Por qué se formó ahí el moretón?

—Quizás me meto en tus planes, ¿pero no quieres ir un rato? Me habías dicho que sabías bailar, podríamos...

—Sí, sí, está bien. —Asentí, sosteniéndome del garrafón de agua sobre la banca. El entrenador me preguntó si todo estaba bien, le di la misma respuesta antes de solicitar un descanso en el interior.

—De acuerdo, te veo el sábado. —Impostor se despidió, tratando de meter las manos en su saco. Me habría reído de verlo fuera de lugar porque no tenía bolsas, pero me aparté tan pronto dejó de hablar.

Es porque Hipo tuvo su mano izquierda casi toda la noche apoyándose ahí.

Tan pronto crucé el umbral del instituto, sin ninguna alma pues estaban haciendo estiramientos o en el segundo piso, me desahogué con los pensamientos que retuve toda la mañana.

—AHUEVOOOOOOOOO. —Llevé mis dos puños al pecho, encogiéndome por el grito que me salió del alma.

OLVIDÉ QUE ME COMÍ A HIPO.

NO MAM... —Me ahogué con mi saliva, tratando de mantenerme fuerte para no caer. Sentí que me golpearon con una pala antes de percatarme de lo grande que era eso.

Jamás, ni un segundo de mi perra vida, creí poder decir eso.

Inhalé y exhalé. Lo hice más de dos veces en realidad, bueno, lo hago todo el tiempo pero esta vez fue en serio.

Con mis manos tiré de mi cabello hacia atrás, como si intentase recogerlo, solo para dejar mi rostro sin ningún cabello. Di algunas palmadas en mis mejillas ardientes y solté:

—Me haré responsable y hablaré con él.

Hipocondríaco es muy conservador, deberíamos pensar en un acuerdo o algo.

—O solo quería ganar experiencia, lo que sea, aceptaré el golpe de realidad. —Me repetí, tratando de sobreponer la razón sin silenciar mi corazón.

~•~•~•~

Sobre vivir la vida, los días que siguieron no me dieron respuesta a ello. Solo podía pensar en que tampoco era malo ser un simple animal, aunque claro, con algunos pasatiempos humanos.

Al final, solo con un animal podías mostrarte débil sin pensar que te juzgaría. Quizás si no pensara como humano, pude haberle hecho frente a Hipo pero solo le rehuí.

—No me gusta que estemos en el mismo equipo, pero hombre, al menos aprovecha. Dame detalles de lo que pasó. —Exin era el único en saberlo, andaba detrás de mí como si fuese lo único que traía en la cabeza.

Línea AzulWhere stories live. Discover now