Travesía III

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Dos Corazones

Summary: Cuenta la leyenda que quien sabe cómo llego, que cuando dos personas tienen dos corazones entrelazados a la luz de luna podrán tener un sentimiento correspondido sin final.

[...]

En la prestigiosa academia de escuelita para mujeres de París todo era tensión el ambiente, sobre todo por el llamado de atención que estaban teniendo las estudiantes de la misma a manos de la profesora Mendeléiev, la cual no para de decir que era inaceptable que las mujeres anduvieran dando esa clase de espectáculos en los las instalaciones del internado de Santa Sofia.

— ¡¿Qué clase de comportamiento es ese para damas de porte temple y educado?! ¡Se están formando para ser damas de sociedad, no unas libertinas!

Las mujeres del internado no decían nada, y peor aún las profesoras, que no podían decir nada ante la mujer, porque en cierta parte pensaban que tenía un punto.

Y ese punto era que una de las estudiantes del internado de estaba teniendo encuentros de amor pasional con un hombre.

¡Un hombre!

¡Eso era inaceptable!

—En verdad es intolerable esta clase de comportamientos, su señoría, profesora Mendeléiev, y creo que sería prudente de mi parte decirle quienes el responsable de esta clase de actos inmorales.

Los presentes miraron a la castaña de ojos verdes que se mostraba tan desdichada ante tal suceso, aunque claro, para los ojos azules de una azabache era más que obvio que mentía.

—Dígame señorita Rossi ¿A quién ha visto en posesión de tal carta?

El sobre que estaba magullado por el maltrato de la profesora era de color rosa pálido, sin embargo, dentro del contenido había una de las románticas y cursis relatos de embriagades de placer que todas las señoritas de ahí podrían leer, o bueno, no aquellas que tienen escondidos en sus aposentos tenían libros eróticos de placer carnal donde ni el alma queda pura para los protagonistas después de la consumación del acto.

La joven Rossi sonrió y señalo con tristeza a la chica de cabellera negra bien recogida y ojos azules ya preparados para tal acusación.

—Fue a la señorita Dupain-Cheng a quien la vi portar esa carta que se le cayó, sin embargo, al notar el remitente masculino decidí ir con usted maestra.

Las miradas se dirigieron a la joven que sin temor se levantó.

— ¿Dupain-Cheng? Ella no sería capaz de algo así, es una joven de naturaleza algo distraída, pero es sensata —dijo otra maestra la cual abogó por la azabache.

— ¡Dupain-Cheng!

La llamada joven miró a la maestra y luego a la joven que la había acusado, la cual mostraba tanta superioridad.

—Lamento decir que hubo un error en esto profesora Mendeléiev, en ningún momento he sido la dueña de esa carta.

—Por favor, Marinette, no seas descarada y diles que fuiste tu quien mancha esta institución de valores.

—Lamento decirte Lila, esa carta no es mía, ni siquiera soy la dueña.

—Si no eres tú —mencionó con pesar la castaña que empuñaba sus manos—¿Cómo puedes demostrarlo? Esa carta menciona a una joven de cabellera azabache y tú eres la única estudiante que tiene esa cabellera.

—Lo mismo podría preguntarte yo a ti, dijiste que viste que esa carta era mía, pero qué tal si se le cayó a alguien más e incluso la leíste y no encontraste mi nombre, pero no te haré tal contra, pero tú lo has dicho, única estudiante, nuestra maestra Tsurugi-san tiene una similitud con mi cabello.

Travesías de CupidoWhere stories live. Discover now