Capitulo 10

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-¿Cuantos días han pasado?.-Preguntó Zhan con voz rasposa.

-No tengo idea.-Respondió Cheng.

-¿Dónde estamos?.-Preguntó por millonésima vez.

-Por el aroma a sal cerca del mar... quizás en el puerto.

-Yo no huelo a sal... huelo a podrido.-Zhan tosió debido al mal olor.

-Shhh, huele a sal.-Cheng intentaba convencerlo.

-No quiero morir aquí.-Respondió Zhan.

-Yo tampoco.-Cheng sorbio su nariz.-Quiero salir de aquí.

-Sí volvemos a intentarlo van a matarnos esta vez.-Zhan temblo.-No quiero llamar más la atención de esos tipos.

-Entonces debemos esperar hasta qué ellos nos encuentren.

-¿Crees que lo harán?

-Sí, confío en ellos.-Respondió Cheng.-Se que Ruru llegó con ellos.-Una lagrima cayó por su sucia mejilla.

-Mi bebé...-Zhan lloró.-Lo extraño mucho.

Zhan y Zhoucheng se acurrucaban juntos en aquella sucia esquina del sótano.

Lo mas alejados de todos y lejos de la vista de esos Wen qué bajaban de vez en cuándo.

Les arrojaban pan viejo cómo si de palomas se tratasen, así cómo se llevaban a la primera persona qué atrapaban para torturarla.

Poco tiempo después de llegar ambos intentaron escapar.

Pero fue en vano, lo único que consiguieron fue una brutal golpiza que los dejo a ambos muy lastimados y debilitados.

Por lo que ahora decidieron quedarse allí en esa esquina y no llamar más la atención.

Les aterrorizaba qué alguien notará que eran donceles, ya muchas cosas escuchaban y presenciaron.

...

Luego de una fuerte tormenta el sótano en el que estaban se inundó lo cuál empeoró su situación.

Sí olor a podrido era fuerte antes, posiblemente ahora morirían ahogados por este mismo.

Estaban intentando dormir, sus cabezas daban vueltas debido a la deshidratacion y mal estar.

Cerca suyo, se escuchaban ruidos de bocas masticando, extraño ya qué hace horas o podrían ser días qué no les traían nada.

Parecía qué incluso quizás se habían olvidado que los tenían secuestrados bajó este sótano ya qué nisiquiera se escuchaban pisadas en el piso superior.

-Zhan...-Cheng se aferraba a él con miedo.

-Shhh... no habrás los ojos.-Le susurró también temblando.

-Pero...

-Shhh...-Zhan lo abrazó y tarareo en su oído la suave melodía con la qué hacía dormir a Rulan cuándo era un bebé.

...

Cómo el sótano se había llenado de agua la cuál ahora simplemente quedaba cómo un gran charco de barro, ellos y sus ropas se habían empapado al igual que los viejos cartones y telas rotas qué les servía de improvisada cama para no tocar el suelo.

Por lo qué ahora sumado a la insoportable humedad del ambiente, el cuerpo de Zhan literalmente humeaba de fiebre.

Zhuocheng no podía hacer nada más qué aferrarse a su febril amigo.

-Cheng... tengo frío.-Zhan ya no temblaba de miedo sino que de fiebre.

-Lo sé, pero intenta seguir durmiendo.

• ʙᴀᴄᴋ ᴛᴏ ʏᴏᴜ • ʏɪᴢʜᴀɴ •Where stories live. Discover now