ᒪᗩ ᒪᗩGᑌᑎᗩ ᗩᘔᑌᒪ ✧ 𝗟𝗔𝗪𝗟𝗨

🌅ᴇʟ ᴅɪᴏs🌅

Cayó la noche de ese día y Luffy dejó caer su ropaje sobre la arena. Sus pies tocaron el agua dónde avanzó hasta sumergirse bajo el agua. Las corrientes abrazaron su desnudes y Luffy se reunió con el plantón que decoró el azul en el agua. Brillo como magia porque confundió a la luz de la luna.

Bajó a la profundidad mirando los peces y estrellas de mar. Muy alegre sintió su cuerpo el placer de nadar.

Pero esos iris de color gris observaron la silueta muy regocijada en el mar. Law divisó a Luffy disfrutar el nadar sin detenerse.
En ese momento Luffy de nuevo emergió de las aguas y llevarse una bocanada de aire, se llevó sus manos a sus mechones y luego arrastró sus dedos recorriendo su cara, luego el cuello y finalmente la pelvis. Luffy sintió un cosquilleo cuando sus dedos tocaron ese sitio erógeno. Era extraño, pero a veces imaginaba que era Law quien lo acariciaba y eso le disgustaba. No debía imaginar, ni mucho menos pensar en Law cuando se trataba de él.
Pero es que Law ya se había adueñado de sus pensamientos e inclusive de sus sueños más retorcidos.

Y desde la choza, Law se rascó su barbilla sin apartarle la vista. Pensó “¿Por qué esos sentimientos se aprovechaban cuando más se negaba a sentir un calor distinto a cualquiera si se trataba de Luffy?”.
Se suponía que debía cuidarlo como sí fuera su hermano menor, desde la muerte de Smoker se comprometió a serle de compañía y protegerlo, pero ¿Quién iba protegerlo a él de esos sentimientos que manipularon su alma?
Sus pómulos se hicieron rojas y es que, porque el desastre se revolvió en su cabeza cuando miraba a Luffy nadar, cuando lo miraba cocinar o trenzar las hojas de las palmas. Pero como siempre, las respuestas jamás las hallaría. Sin saberlo, se comenzó a enamorar de Luffy.

Law salió de la choza y se quitó el ropaje para acompañar a Luffy a nadar. Tocó con sus dedos su cintura y Luffy cerró sus ojos aunque por dentro se sentía culpable al permitir que Law lo abrazara desde su espalda y lo rodeara con sus brazos bajo el agua.
Apretó sus párpados y se separó de Law.
Nadaron juntos esa noche con un cariño que va más allá. Ese poderoso sentimiento apresó sus corazones hasta darse cuenta que ya se amaban lo bastante para desearse con desesperación, pero Luffy todavía se sentía extraño por sentirse de ese modo.

No quería perder a Law por sus pensamientos “raros”.

Algunas semanas después, la luna llena había regresado y el sonidos de esos tambores llegaron hasta los oídos de Luffy, el joven azabache se preguntó quién era el responsable de esos fuertes sonidos. Notó que venían de la pequeña isla de enfrente que cruzaba a unos kilómetros.
No supó el porque, pero la curiosidad de Luffy causó que su cabeza le repitiera una y otra vez “vé al otro lado de la isla ”. Luffy sabía que estaba prohibido como le dijo a Smoker-san cuando era un niño, pero ¿Y qué tal sí ese “monstruo”, no era un monstruo en realidad y era... Otro ser.

Caminó adentrándose en la jungla. Los sonidos de los changuitos y de algunas aves osilaron mientras seguía adelante porque ya no había marcha atrás.
Al llegar se encontró con una piedra, pero no era cualquier piedra, este era una especie de estatua hawaiana Tiki* sí es que así se le podía llamar por el parecido. Pero para Luffy, era más como esa fotografía que miró por muchos años ¿Era aquel ser divino que el mundo conocía como una deidad?
La estatua tenía cuencas de sus ojos, la nariz y una boca frente a otra pierda dónde se ofrecían los “sacrificios”. Aunque Luffy no lo sabía.
Su respiración comenzó a aumentar en el instante que de esos ojos, escurrieron sangre, mucha sangre como para que el cuerpo de Luffy se pusiera helado. Retrocedió ignorando la sensación tibia de la arena donde en la noche anterior hubó una fogata. Pero por temor o quizá impresión, corrió de nuevo a la playa.

—¡Toraooo!¡Toraooo! —Gritó Luffy en tanto sus ojitos miraron a Law bajando de la choza.

—¿Qué? ¿Qué ocurre?