ᒪᗩ ᒪᗩGᑌᑎᗩ ᗩᘔᑌᒪ ✧ 𝗟𝗔𝗪𝗟𝗨

🌅ʟᴏs ᴄᴀᴍʙɪᴏs🌅

—N-noo... ¡Humitos! ¡Nooooo! —Las emociones eran tan fuertes para un niño pequeño. La tristeza, enojo, preocupación y todas las dudas que tenía dentro de su cabeza, simplemente su llanto salió, pero de repente cerró los ojos dejándose caer.

Law se apresuró a cogerlo. Después de que le avisó a Luffy que Smoker no despertaba, recordaron que lo mismo pasaba con los marines al enfrentarse a los piratas. Los marines cerraban sus ojos y ya no volvían a recuperar su consciencia.

Al otro lado se la isla cuando las orillas del mar sumaban la corriente para acariciar lq piel del cuerpo frío y pálido de Smoker, Law se limpió las lágrimas y con toda su fuerza, cargó a Luffy para recostarlo en el bote salvavidas y regresar a su choza.

El pequeño Law encendió una fogata y preparó una sopa de pescado para Luffy quien volvió a recuperar el conocimiento. Seguía triste, se sentía terrible y muy culpable porque nunca hizó nada para proteger a Smoker.

—Come Luffy-ya.—Le entregó su plato de cascara de coco con un cubierto hecho de concha.

—N-No tengo hambre. —Sorbió su moco.

—Oye yo también estoy triste y me siento... No sé, sin ánimos de hacer algo ¿Crees que no tengo ganas de tumbarme a la cama y quedarme ahí por tantos días? —Le cuestionó el pelinegro con la frente fruncida— Pero no lo hago porque Smoker-san, no hubiera querido vernos tristes. Él diría “¿Por qué las caras largas? ¡Ní crean mocosos que permitiré que andén de olgazanes para contagiarme su pereza!¡Ahora quiten esas caras patéticas y traguen, trabajen o...”

Law no pudo contenerse más, que se soltó entre lágrimas. Luffy miró al mayor y este se paró para acercarse y abrazarlo.

—Sacame de aquí Torao. —Abrazó más fuerte al pelinegro quien correspondió al abrazo pensando en la manera de cuidar a Luffy, cómo el mayor, tenía que hacerse cargo del niño que tenía con él en esa isla desierta.

Al terminar de comer, entre los dos empezaron a coger sus cosas y llevarlas para el bote salvavidas. Hecho eso, Law y Luffy comenzaron a mover en sincronía los remos y dirigirse a metros de su antigua ubicación, ahora estarían más cerca de la laguna, más cerca de las palmas y otros árboles de fruta como los mangos y bananos, pero también estarían cerca del peligro, aunque ellos no lo sabían.

Desde el instante en el que bajaron del bote, comenzaron a juntar hojas, tallos de bambú, ramas secas y otros para dedicarse a contruir si nuevo hogar.
Luffy se había vuelto un experto en trenzar las sogas y hojas, por lo que juntó los tallos de bambú y formar las paredes, puertas y ventanas. Law por su lado, comenzó a hacer armas, una escalera, las camas, algunos muebles. Y así pasaron los días hasta que por fin terminaron la construcción de su casa.

Law remplazó a Smoker con ser el vigía de cada mañana, tarde y noche, para estar atento de que la llegada de un barco marine los salvará.

Comenzó el tiempo a girar hasta que esos días juntos conviniendo, apresuradamente se convirtieron en años y esos niños que jugaban a diario, juntos supieron que los cambios se presentaron en sus propios cuerpos. Law y Luffy se habían convertido en dos hombres casi mayores.

Esos cambios, se harían los más importantes de sus vidas para que tarde o temprano se dieran cuenta que habría otros cambios en su relación amistosa de amigos de infancia.

Un día por mañana, Law fabricó con sus manos unos palos con cocos y comenzó a marcar huellas en la arena. Después escondió los dichosos palos y gritó...

—¡Luffy-ya, Luffy-ya! ¡Pronto, tienes que mirar esto! —Sonrió Law esperando al menor.

Luffy al otro lado, se asomó de la casa todavía soñoliento.