- ¿alguna vez te haz preguntado que diferencia la alegría de la felicidad? - preguntó aquella vez. siendo curioso, apasionado y único, como siempre lo sabía ser.
- no realmente - murmuró, admirandolo como la más preciosa joya o la mejor bendición...
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Neteyam se encontraba sentado en la cama mientras se llevaba una cucharada de pudin a la boca, disfrutando totalmente su sabor.
A su alrededor tenía a sus seres queridos charlando entre ellos, mientras que un doctor terminaba de escribir un alta para que lo dejaran salir del hospital, teniendo prescrito (tras una revisión de 15 minutos mas o menos), que estaba completamente bien. Indicando que estaba:
Sin problemas de memoria, sin parálisis neuronal o corporal, sin reflejos malos (solo algo de mareo, por lo cual le dieron su pudin) y en sí, siendo lo más importante y lo que le tenía más que feliz
¡Sin leucemia!
había pasado todo el tiempo establecido de riesgos tras la operación interno, ¡así que no hubo forma nunca de que contrajera infecciones o enfermedades todo el año!
¡estaba jodidamente feliz!
¡¡Y EL PUDIN ESTABA DELICIOSO!!
── Pero cuanta alegría en un sólo ser humano ── comentó el doctor mientras le soltaba el alta en mano a Ao'nung, teniendole a este a su lado mientras comía ── normalmente cuando alguien despierta de un coma tan largo llora hasta cuando come ── pronunció este con una sonrisa, haciéndole avergonzar mientras se cubría la boca con una mano para evitar que se le saliera el pudin de esta al sonreír, apoyando la cabeza contra el brazo de Ao'nung.
── Es Neteyam ── escucho decir a casi todos, antes de que Kiri, Tsireya, papá, mamá, Spider y Ao'nung se soltaran a reír, avergonzandole un poquito más, pero no impidiendo aquello que siguiera disfrutando su postre.
── ¿esta muy rico tu pudin mi amor? ── preguntó su novio en voz baja y con cariño junto a él, a lo cual asintió con la boca llena, sólo para recibir después un beso sobre su cabeza de él.
Se preguntaba como seguía teniendo novio después de un año prácticamente dormido...
Bueno, daba igual
¡lo tenía a su lado!
── me alegró mucho porque el ingresado este despierto con tanta gente amorosa a su alrededor ── exclamó el doctor con una sonrisa, antes de que uno que otro le agradeciera sus palabras y se despidiera, llendose a atender más asuntos pendientes de su trabajo, seguro.
── oigan ¿y donde esta mi hijo? ── preguntó después, confundiendo a los que no vivían en su casa con ello ── mi Kateye ── señaló, sentándose bien para ver a sus hermanos más grandes y luego a Tuk, quien se encontraba a medio tumbar sobre la cama, boca abajo y cerca suya sin querersele alejar.
