- ¿alguna vez te haz preguntado que diferencia la alegría de la felicidad? - preguntó aquella vez. siendo curioso, apasionado y único, como siempre lo sabía ser.
- no realmente - murmuró, admirandolo como la más preciosa joya o la mejor bendición...
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── Gracias por la hospitalidad papá ── agradecía Ao'nung, abrazando a su padre en despedida antes de marcharse devuelta a New Jersey, con Neteyam.
── siempre serán recibidos en mi hogar ── asintió este con una sonrisa, regresandole el abrazo para luego soltarse ambos, viendo este a Neteyam, quien se acercaba también a abrazarle ── espero que tu salud mejore, muchacho ── pronunció hacia este con devoción, haciéndole sonreír con aquello.
Neteyam le dio un fuerte abrazo a su padre, causando que este último riera, apretujandole un poquito más fuerte también.
Si así era su papá con Teyam, no se imaginaba como sería su mamá
── yo no me voy de este mundo sin volverlo a visitar señor Tonowari ── expresó su pareja, separándose del abrazo con su linda sonrisa ── juradito por Dios ── terminó por decir, dejándole confundido al haberlo dicho en otro idioma que no le conocía.
¿Eso era español?
Su papá no dudo en volver a reír y revolverle los cabellos con todo y su gorrito, deseándoles un buen viaje a ambos.
Pronto subieron al Jeep para dar marcha atrás, quedando Neteyam en el asiento de copiloto como durante todo su viaje, abrochandose el cinturón.
── ¿que fue lo que le dijiste? ── le preguntó un poco después de arrancar, mirando de reojo y notando como tarareaba, todo recuperado y alegre.
── un juramento ── le contestó, poniendo los pies sobre su asiento y abrazando sus piernas, tranquilo.
── ¿desde cuando hablas español? ── preguntó con curiosidad, notando como este posaba la cabeza sobre sus rodillas, viéndole con una sonrisita linda.
── es el idioma nativo de mi madre, y uno de los míos ── comentó con simpleza, dejándole descubrir algo nuevo de este que no sabía.
Cuando llegaba a pensar que conocía bien a su novio, le salía con algo inesperado
Se pasaron gran parte del camino en preguntas casuales que empezaron a surgir, dejando enterrado el tema del hospital para cuando estuvieran devuelta a Jersey, por cuestiones de salud emocional.
Aún sentía un temple bastante agudo cuando se acordaba de ello, teniendo que respirar hondo y exhalar para mantenerse estable.
El camino de regreso iba a ser mucho más directo que el camino de ida, por lo que pasarían de 4 días en ruta a 2 o 3, exigiéndole aquello conducir a su destino incluso por la noche si era necesario.
