Después de Ti

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Ao'nung miraba a Neteyam con algo de confusión, sin comprender que le ocurría.

Hace un rato que ya venía cayendo el anochecer, y habían entrado a un restaurante de comida vegana (para que este pudiera comer algo), ya que cierto morenito de ojitos bonitos tenía que ir y ser de los que no comían carne.

Aunque bueno, eso no le molestaba en lo absoluto.

Lo que sí le disgustaba... es que cuando entraron este se veía muy contento en cuanto a la comida, eligiendo una ensalada con muchísima zanahoria solo para demostrarle que no era un conejo, siendo que lo llamó así antes de llegar.

Aunque claro, era un poquito rara su lógica... siendo que en realidad los conejos se suponen comían muchas zanahorias.

Ao'nung sólo se encogia de hombros y se reía, dejándolo ser feliz. Hasta ese momento.

Neteyam no tocaba su ensalada en lo absoluto, mostrandose extraño u descontento por alguna razón (como ya había explicado desde el principio), mirando su platillo nada más.

── ¿que pasa? ── se atrevió a preguntar, tomándose un momento para acariciarle el dorso de la mano cuidadosamente con sus dedos, curioso y preocupado por sus muecas y expresion decaída ── si no te gusta podemos ir a otro sitio y comer lo que tu quieras ── le comentó entre susurros, tomándole de la mano ahora, notando que estaba algo sudado.

Este negó débilmente y tomó aire de forma temblorosa, como si le costará respirar o le doliera algo. Aquello lo dejó más preocupado todavía.

── necesito aire fresco ── le escucho balbucear, antes de que se levantará tambaleante, provocando que se levantará en conjunto con él y le ofreciera una mano, viéndolo mal ── estoy bien... estoy bien ── susurró este, dando unos cuantos pasos hacía el frente que fueron tambaleantes... pero que se estabilizaron después, llendo a la salida del lugar.

Le vio irse hasta la salida con mucha angustia empezando a carcomerle, pidiéndole a un mesero por la cuenta de las ensaladas y pagando con rapidez, para ir detrás de él morenito.

Cuando salió del restaurante miró al rededor, buscándolo con la mirada y notandolo apoyado contra una pared, de espaldas a él.

── Neteyam ── llamó de inmediato hacia este, acercándose y notando como se abrazaba a sí mismo y lloraba en silencio, frotándose sus brazos lentamente. Aquello le desmoronó un tanto ── dime que ocurre muñequita... ¿que es lo que tienes? ── le preguntó preocupado y con tono gentil, removiendole los cabellos y tratando de no tocarlo mucho para no molestarlo o incomodarlo. Lo notaba pálido y extrañamente frágil.

── me duele... ── balbuceo este antes de empezar a sollozar lastimero, cerrando los ojos y apretando los mismos, aparentemente adolorido por algo ajeno a él y que no comprendía ── ¿puedes llamar a mi hermano?... ── le preguntó de forma temblorosa y débil, por lo cual asintió en respuesta y se tomó la libertada de acariciarle la espalda suavemente, empezando a asustarse.

No tardó en tomar su teléfono y buscar entre sus contactos a Tsireya, siendo que no tenía el número de Lo'ak en lo absoluto... cosa que en ese momento desearía, gracias al pedido del ajeno.

Espero inquieto mientras el tono de estar llamando se repetía, sin respuesta.

── vamos hermanita... ── susurró agobiado y empezando a caminar de un lado a otro, vigilando a Neteyam preocupado ── es un mal momento para estar enojada conmigo ── murmuró para si mismo, tenso y quejándose al escuchar buzón, volviendo a llamar.

── Ao... ── le escucho mencionar débilmente al otro, llamándole mientras se deslizaba contra la pared lentamente, asustandolo.

── no no no, ojitos bonitos ── le llamó a la atención, acercándose y agachandose a su altura, tomándole de las mejillas con su mano libre para que lo mirará ── no vayas a desmayarte, resiste ── le pidió con angustia, notando como los párpados le vacilaban queriendose dormir ── quedate conmigo bonito, por favor, ¿si? ── le pidió asustado y con preocupación, antes de que este murmurara una afirmación muy vaga de su parte.

No podía entrar en pánico, no debía entrar en pánico.

Se mostró alerta en cuanto escucho la voz de Tsireya respondiéndole a través del teléfono, agradeciéndole al cielo que está le respondiera.

── ¿que pasa? ── preguntó está al otro lado de la línea, mientras que el veía a Neteyam sorbiendo su nariz de forma floja, teniendo una hemorragia nasal.

Se puso pálido al instante

── Lo'ak ── mencionó con rapidez, sacudiendo la cabeza y apresurandose a limpiar con las mangas de su abrigo la naricita del otro ── ¿esta Lo'ak contigo?, ¿puedes pasarme su número? ── preguntó con rapidez, recibiendo un "¿ah?" Confundido de su hermana ── Neteyam se puso mal de repente y no se que hacer, por favor, Reya ── hablo con rapidez, teniendo el pulso acelerado por el temor de no saber que diablos estaba pasándole a quien le gustaba.

── ¿Neteyam? ── escucho un poco más lejos, desde el otro lado de la línea. Antes de que hubieran algunos ruidos de corte extraños ── ¿que pasa con mi hermano? ── preguntó el moreno desde el teléfono de su hermana, tomando la llamada.

Ao'nung se explico lo más rápido que pudo hacia este, antes de que Lo'ak le pidiera que guardará la calma y llamara de inmediato a emergencias, y que le dijera a estos que el paciente tenía LMC, para que así no le hicieran preguntas y atendieran con más rapidez al ir preparados.

Por último tuvo que dejarle por mensajes la ubicación, haciendo lo que este decía lo más rápido posible y llamando a emergencias, respirando hondo y hablando con claridad.

No estaba entendiendo ni una mierda... todo iba demasiado rápido, y solo sabía que debía de actuar.

Neteyam se quedó despierto a duras penas, siguiéndole el sonido de su voz mientras lloraba, balbuceando sin parar que tenía frío o que le dolía...

Espero con este y le dejó su abrigo, cubriéndolo del frío y atrayendo a sus brazos con cuidado, susurrandole que todo iba a estar bien aunque no lo supiese con certeza.

La ambulancia no se tardó en llegar, teniendo pocas preguntas de los paramedicos... justo como Lo'ak le indicó.

Algo no estaba cuadrandole muy bien en todo aquello... pero solo decidió subir con ellos mientras trasladaban al morenito, viendo como lo atendían, preguntándole cosas y manteniéndolo despierto.

Definitivamente... si las cosas no se ponían mas feas de lo que ya las sentía, necesitaría una jodida explicación.

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