Desde el momento en que YeonHee se mudó a Busan, experimentó la presencia de un ser desconocido en sus sueños. Aquella persona que comenzó a aparecer desde el primer día, se ganó su cariño y confianza, y también robó parte de su corazón.
En medio d...
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Fin de semana diferentes...
El fin de semana había llegado, y YeonHee no dejaba de pensar en lo sucedido con Soobin. Ahora que tenía los pies sobre la tierra, se moría de la vergüenza por sus acciones. ¡Cómo pudo darle un beso en la mejilla!
Atrapada entre sus sábanas, vio su libro sobre la mesa y dudó un poco en si leerlo, ya que sabía que las escenas y la historia tenían gran parte de la culpa, debido a la influencia en sus pensamientos y acciones. Prefirió no hacerlo, y se levantó de la cama. Tenía mucho que hacer, y sabía que sus dos días libres pasarían en un abrir y cerrar de ojos.
Ordenó y limpió su habitación, lo cual tardó casi media hora, había decidido desayunar afuera, así que solo tenía que limpiar la cocina y barrer la sala. Puso música para hacerlo con rapidez, y poco a poco se dejó llevar por el ritmo. Agarró una cuchara como si fuera un micrófono y cantó algunas canciones de la playlist que conocía, luego comenzó a bailar con un pañuelo, se estaba descontrolando. Cuando la feroz música terminó, no tardó en ordenar su cabello y continuar con lo que realmente tenía que hacer. Pasaron unos quince minutos y ya había terminado. Se dio un rápido baño y eligió un short blanco con una polera rosa pastel, quería estar lo más cómoda posible.
Recogió su cabello en moño pequeño y lo sujetó con un carmín, jaló algunos mechones de enfrente y con un ligero maquillaje terminó con su apariencia.
Salió de su habitación y recogió su bolso blanco, guardó sus llaves y su teléfono. Abrió la puerta del departamento y rápidamente la cerró con la tarjeta. Sus pensamientos estaban divididos en tres cosas: el desayuno, sus compras y el temor a encontrarse con Soobin. Lo último era poco probable, pero nada le asegura que no fuera así, ya lo había experimentado en múltiples ocasiones.
Salió del edifico, y el nombre de Jihoon llegó de inmediato, no lo había visto por el momento, lo cual era mejor, así no la fastidiaría. Salió de la residencia con rapidez, no quería invocarlo. Tomó el autobús que justo venía por ella y en cuanto subió, deslizó la tarjeta de pago y para su sorpresa, su queridísimo amigo apareció y también hizo lo mismo. Que gran día.
Ambos tomaron asiento en la misma fila, ya que eran las únicas disponibles. YeonHee lo vio con molestia, pero no podía hacer nada. Tal vez iban a direcciones diferentes.
—¿Qué planes tienes hoy? —Preguntó para averiguarlo.
—No lo sé, primero voy a desayunar, luego haré unas compras y tengo la tarde libre.
Aquello sonaba muy similar a los planes que tenía ella, no quería coincidir.
—¿Y tú?
—Por increíble que parezca, haré lo mismo. —Confesó.
Jihoon la miró sorprendido.
—Lo sabía, cosas de mejores amigos. —Comentó mientras intentaba abrazarla, haciendo que YeonHee riera asustada alejando sus manos.
