Desde el momento en que YeonHee se mudó a Busan, experimentó la presencia de un ser desconocido en sus sueños. Aquella persona que comenzó a aparecer desde el primer día, se ganó su cariño y confianza, y también robó parte de su corazón.
En medio d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un contraste real...
El sonido del timbre resonó en todo el departamento de YeonHee, quien apenas se estaba levantando, no tenía idea de quién podía ser y mas aún, tan temprano.
Ordenando su cabello rápidamente llegó a la puerta, quitó el seguro y la abrió.
—¿Quién es? —preguntó un poco perdida.
—Jihoon.
Al escuchar esa voz, abrió los ojos y no tardó en cerrar la puerta. Comenzó a desesperarse, su mayor enemigo la había visto en su peor estado, era demasiado vergonzoso para ella. Escuchó el llamado de Jihoon, pero no respondió, no quería verlo, no aún.
Corrió hacia su habitación para buscar su cepillo y desenredar su cabello, se quitó el pijama y se puso el primer conjunto deportivo que vio. Fue al baño y limpió su rostro, tomó una toalla pequeña y volvió hacia la sala, mientras se secaba con un poco de brusquedad. Dejó la toalla en el sofá y llegó a la puerta, colocó su oído en el metal y escuchó una respiración profunda, supuso que Jihoon seguía allí.
Abrió la puerta y lo vio, como si no hubiera ocurrido nada. Su mirada fue directo a las prendas que tenía puesto y la mochila que cargaba, rápidamente volvió a su rostro, al parecer se estaba divirtiendo de algo.
—Sabes que hoy tenemos clases, ¿verdad? —preguntó con una sonrisa.
—Si.
—Entonces porque no —fue interrumpido.
—Justo iba a salir a correr —respondió YeonHee, no tenía idea de lo que decía.
—Asi que deportista...
—Bueno, si.
—Muy bien. Pero lamento decirte que en 20 minutos empezará la primera clase, a menos que quieras llegar tarde.
YeonHee no podía estar más avergonzada, no quería sentirse derrotada frente a Jihoon, y no sabía que otra cosa más decir. Tampoco quería llegar tarde, así que, no tenía opción.
Vio al chico de manera fulminante y cerró la puerta. Escuchó un "Te esperaré" por parte de él y corrió nuevamente hacia su habitación. Sacó el outfit que había preparado la noche anterior y se lo puso con cuidado, no quería romperlo o tener una prenda fuera de lugar. Se colocó sus zapatos y agarró su bolso, que por suerte ya estaba listo.
Fue al tocador y solo pudo poner un bálsamo a sus labios y rizar sus pestañas. Recogió su cabello en una media cola alta y con un lazo finalizó su peinado.
Salió de su habitación, tomó un poco de dinero en efectivo de un mueble en la sala y la tarjeta de seguro de la puerta. Volvió a abrirla por tercera vez y allí seguía él. Cerró la puerta y se quedó firme a su lado, sin decir palabra alguna.
