Capítulo IX

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La mañana ha transcurrido rápidamente, he consumido varias páginas de libros, anotaciones, fotos, pruebas y me llevo otros para estudiar después de clases. También hago listas de cosas que necesito para llevar a cabo hechizos y conjuros.

En la sección de protección, encuentro la triqueta, cuyo poder también puede variar de quien la use. Ámbar confía en mis habilidades, por eso me regaló este amuleto, lo he reparado luego que se rompiera. Le pediré que me enseñe a fortalecerlo y darle más poder.

Justo al lado, está una sección bastante grande y diferente, está más limpia de polvo y con un vidrio protector, esta es la sección de clarividencia: hay libros de profecías, visiones, profetas y demás temas relacionados, lo cual es lógico al tener Ámbar este poder. Jamás me ha llamado la atención, pero creo que en algún momento me enseñará sobre ello, pienso que un libro de interpretación de profecías me serviría para ir a un paso adelante que ella. Al tomar el libro, me percato que detrás hay uno más grande y antiguo -El Evangelio Secreto de San Marcos- es extraño, no está dentro de los Evangelios Gnósticos, ni Apócrifos. También hallo más títulos: Hechos de Salomón, Crónicas del Profeta Natán, hay muchos más evangelios de profetas, Ido el Vidente, Ajías de Silo, Shemaías. La escritura parece basta y antigua, creo que seran clases muy aburridas. Así continúo mientras llega mi tutora.

Y sin más, Felipe invade mi mente de manera tan inevitable, como imaginar desnudo al padre de la iglesia mientras predica un aburrido discurso de misa dominical. Eso me recuerda que debo pasar al taller por su bici.

-Llegas tarde- recibo a Ámbar con este reproche mientras entra sorprendida por la puerta con una tasa de te en la mano dando pequeños sorvos -vaya que sí quieres aprender conjuros ¿Cuál escogiste?- pregunta mientras crea un gran círculo de sal en medio de la biblioteca - esto es para evitar que durante el entrenamiento, alguna entidad quiera usarnos como portal-. Nos ubicamos dentro.

- He escogido dos, La Protección de Cristo y la Supresión por Sacrificio- le respondo mientras le paso copia de los dos conjuros.

- Buenos días. Me gustaría que me recibieras de esa manera; pero me gusta tu entusiasmo de hoy ¿Ha pasado algo?- pregunta mientras continúa bebiendo de su te, que hasta aquí, parece que es torongil.

- No realmente, solo que quiero estar preparado para no depender siempre de ustedes y poder ayudarlos, no cómo la última vez-. Creo que, al igual que todos, aún no supero lo ocurrido con Amatista y brota en un momento de frustración, ya que este es el sentimiento que más me motiva a aprender y así, no volverlo a sentir jamás.

Pone su mano en mi mejilla y sale a relucir su lado maternal -todo tiene una razón de ser frente a los designios de Dios, así debió ocurrir y debemos enfocarnos, siento que algo muy fuerte se acerca y debemos estar preparados-.
Eso último ha sido un momento algo siniestro, pero prefiero no averiguar más.

-Has escogido uno de los hechizos prohibidos, se clasifican así porque al usarlos toma la energía física y espiritual del invocador hasta llevarlo al polvo si no se sabe controlar.
Teniendo en cuenta esto ¿Quieres aprenderlo a pesar del riesgo que implican estos dos?- La miro fijamente y respondo sin titubear -sí y por eso son tan poderosos, ya que necesitan mucha energía y esa es mi especialidad- me observa buscando una brecha de inseguridad y al no encontrarla, responde -entonces, comencemos-.

Se sienta en medio del círculo, dibuja otro símbolo de sal al interior y recita un conjuro.

-El primero, es "El rey rojo"; es un símbolo químico de protección, el cual debes llevar contigo para que pueda ser efectivo. A este, lo fortaleceremos con tu sacrificio para absorber el daño que tu poder no sea capaz de soportar, para esto, debes recitar las siguientes palabras:

Amantes en la Oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora