Capítulo V

15 0 0
                                    

Al abrir los ojos, me encuentro de nuevo en mí cuarto y Ámbar yace al pie de mi cama, está en medio de una gran anarquía dibujada en el suelo, velas, plantas y piedras. Ella se encuentra en un trance, parece que quiere contactar a ese ser. Me recuerda a aquella película llamada The Craft, en que unas adolescentes jugaban con magia.
De golpe, las ventanas se abre y un fuerte olor invade la habitación. Las hojas del conjuro se empiezan a quemar y las llamas de las velas crecen como antorchas consumiéndolas rápidamente; es demasiado peligroso, debo hacer que vuelva en sí. Le lanzo agua bendita que apaga las velas y moja el dibujo de la anarquía, pasándole mi pie y con ello rompo la base del ritual, acabando totalmente con su conexión y luego, le arrojo una almohada dando justo en su cara.

Vuelve en sí inhalando bruscamente como si se estuviera ahogando. Reacciona y al verme, responde ofuscada. - ¿Por qué me sacas de mi proyección de esa manera? ¿Sabes que pude morir? - me reprende con una fuerte expresión en su rostro.

- ¿Desde hace cuánto estás ahí viéndome desnudo? Le reclamo indignado.

- ¿Desde hace cuánto tienes contacto con ese demonio? ¿Sabes lo que estabas haciendo?.

Quedo frío con su revelación, quiere decir que no me equivoqué, realmente la presencia que sentí fue de un demonio. - Solo hasta ahora me doy cuenta que era un demonio y cabe la posibilidad que sea un demonio superior, logré sentir su energía y no es uno cualquiera. - Finalizo abrazando un cojín.

- ¿Qué dices? Explícame ¿Qué sentiste? ¿Cómo es que no te habías percatado de su energía?

- Lo haré; pero primero, sal de mi cuarto y déjame vestir. - Le pido con mirada acusatoria.

- De acuerdo; pero no tardes. - Dice ruborizada y con algo de dignidad.
Realmente no sé lo que ha sucedido, ni yo puedo explicarlo. Tengo la capacidad de manipular la energía, eso me hace el mejor conocedor de la misma, siendo capaz de identificar cuándo alguien o algo ha sido manipulado por una, así como el origen de la misma. No puedo creer que haya sido engañado por un demonio y cómo logró ocultar su identidad de mí.

Al salir del cuarto, Ámbar me espera con una mirada de acusación. -¿Ahora me puedes explicar lo que hacías?

Ahora no tengo escapatoria, debo contarle todo. Creo que así debió sentirse Jeffrey Dahmer cuando finalmente iba a ser condenado por sus crímenes. Sin más qué hacer que contarlo todo, cada detalle: - Realmente no sabía si se trataba de un demonio, un espíritu, magia u otra cosa; pero debía averiguarlo por mí mismo y ahora ya lo sé, es un demonio.

-Soy tu tutora ¿cómo puedo ayudarte y formarte, si no me cuentas este tipo de cosas? A ver, explícame ¿por qué no me habías contado? Finaliza con una expresión de enojo.

Agacho mi rostro ruborizado y respondo en baja voz -porque me avergonzaba contarte que estaba siendo sodomizado.
Me a analiza con un hondo suspiro y posición comprensiva. -Quiero que confíes en mí, sino, no puedo protegerte. Prométeme que me contarás cualquier cosa de ahora en adelante.

Asiento con la cabeza y ella me da un fuerte abrazo - esta semana te enseñaré cómo protegerte de los demonios, que en tu caso pueden ser muy peligrosos porque te usan como medio para entrar a este mundo burlando los conjuros de protección que tengo en esta casa.

Sus largos vestidos bailan con ella al media vuelta para bajar a la biblioteca. Me percato que me ha puesto en el cuello, una especie de collar con una triqueta como digen. Es un símbolo de origen celta y de protección, de seguro es más que solo un collar.

Es agobiante vivir cada día aprendiendo literatura o matemáticas, a parte de hacer investigaciones y ensayos de la universidad, que también tenga que estudiar conjuros, defensa personal, hechizos... que a parte de estar persiguiendo fuerzas extrañas, ni siquiera en mis sueños pueda estar seguro. ¿Realmente es así que quiero vivir el resto de mi vida?

Parece que Ámbar ya tiene un plan en ejecución. -Haré algunas runas para evitar tu proyección astral en este cuarto y así impedir que seas víctima nuevamente. Si te buscan por algo en especial, hallarán otra forma de encontrarte, por eso debes estar alerta y contarme cualquier cosa anormal que te pase. -¿Anormal?- y esa definición me saca de quicios - ¿Te parece normal esta especie de "secta" a la que pertenecemos? ¿Te parece normal una casa llena de trampas, ritos, conjuros y quién sabe cuántas cosas más? ¿Te parece normal alguien que hable con las almas, otra que tenga visiones o yo? ¿Te parezco normal yo?.

Mi ira, frustración, enojo y todas las cosas que venía reprimiendo, han salido y no de la mejor forma. Es como un gran acuario cuya pared de vidrio se hubiese estado quebrando por la presión en su interior.

Ámbar es diferente, ellas es madura cuando hay que serlo, divertida e infantil cuando es apropiado, tiene tantas facetas que es difícil creer que sea tan joven.

Me mira fijamente sin expresión alguna mientras calmo mi agitada respiración y limpio las lágrimas que empezaban a dejar rastros en mis mejillas. Se acerca justo en frente poniendo una mano en mi hombro y manteniendo su mirada -nuestra normalidad es la anormalidad de los demás y viceversa. Nadie elige ser quien es, un poder superior lo hizo y esta elección no fue al asar, ya que al no ser una misión fácil, debía ser asignada a personas realmente especiales, así parezca cliché.

Creo que me ha sentado bien desahogarme y sus palabras, realmente han cumplido su cometido; sin embargo, no sé si sentir resignación o fortuna.
- ¡Nos vemos la próxima semana!-
Nos despido de nuestro s compañeros de clase. -Por fin acabó está semana, eso quiere decir que ¡Tenemos festival Ultra con after incluido- me recuerda Cristian con emoción. Medito sus palabras mientras acaricio el digen que me regaló Ámbar. -Ha sido un día bastante pesado, las clases se sienten eternas y debo llegar para continuar con más lecciones en casa- Cristian me mira con cara de desconfianza - esto en raro en ti, así que lo tomaré como un "haré todo lo posible" nos vemos en la noche.
Él no sabe lo que es un "no" como respuesta. Mientras se aleja, subo al coche y sigo enfocado en mi aprendizaje. Ámbar ha dicho que hoy reforzaremos como usar el poder de las piedras y protección contra demonios, a ver si aprendo por fin a cuidarme solo.

Han pasado cinco días desde lo ocurrido, no hay señal o rastro de él. Las noches han sido tranquilas... demasiado diría yo. Creo que las runas han servido. Al final, es agradable no estar bajo su sometimiento, creo que secuestro y abuso es lo que mejor describe nuestros encuentros. Su libido es de otro nivel. Creo que era en una relación, algo extraña y tóxica; sin embargo, hay demasiadas preguntas que no abandonan mis pensamientos. ¿Qué o quién es? ¿Por qué siempre permanezco con los ojos vendados cuando me posee? ¿Por qué no pronuncia palabra? Bueno, es un demonio y me he encariñado con él o más bien, con su forma de poseerme, quizás no sea más que eso.

Me pierdo en mis pensamientos vagos y preguntas banales, mantengo la mirada al frente; pero sin mirar y sin más, algo se atraviesa y no logro frenar a tiempo. Trato de maniobrar, pero es imposible, he golpeado a alguien con mi auto, no lo vi venir. Doy un freno en seco, las llantas resuenan contra el asfalto y el auto se detiene dando un giro.

-¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Dios mío!- el corazón suena como un redoblante antes de un salto mortal. Me bajo inmediatamente y ahí está, la bicicleta fue a parar un par de metros del choque y cerca de ella, hay un chico. Mis manos tiemblan, el aire parece no tener oxígeno.

Me acerco a él, no parece tener lesiones fuertes más que raspones, aunque tiene un moretón en su frente. Reviso sus signos vitales y sigue con vida. ¿Qué debo hacer? Si se despierta, me puede denunciar, el error ha sido mío al no ver la señal de "PARE".

Amantes en la Oscuridad Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz