Para Rosie Miller el ajedrez es lo que más ama en el mundo, pero desde que conoció a Nickolas Dawson su mundo giro en torno a una rivalidad que ellos dos lo entienden a la perfección.
~Dos locos jugadores de Ajedrez tendrán que llevar las paces por...
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—¡¿Un nuevo ganador?!
Mi mente se nublaba por montón, y mi mirada se dirigían hacia un chico que en estos momentos se veía muy feliz para gusto.
—¡aplausos, por favor!
Nickolas Dawson me mostraba una sonrisa tan despiadada que me preocupaba que se quedará para siempre en su cara.
—Muchas gracias, a todos. Es un privilegio estar aquí parado frente a todos vosotros. -pausa- no saben cuanto tiempo espere para que este día al fin llegue.
Decepción, enojo, ira... ¿era conveniente mirar este espectáculo?
—Tranquila, Rosie .... Es otra competencia más de este año. Además, la última vez ganaste tú
Era nuestro último año, unos cuantos meses y .... ¡Adiós! Hasta nunca Nickolas Dawson.
Pero, lastimosamente tuve que escuchar su exagerado discurso y sus miradas antipatícas hacia mi.
Hasta que terminó todo y el director nos mandó de nuevo a las aulas.
—Rosie, sabes que eres la mejor en esto y todos lo saben.
Mi amiga Lila me reconfortaba siempre que sucedía alguna situación similar.
La adoraba demasiado, ella y yo nos conocimos en la primaria, somos buenas amigas y super consejeras como psicólogas.
Además, de tener simpatía y adorar a una rubia cantante que arraza con todo.
—Ademas, que se joda Nick y su pandilla de Novartis —finaliza.
—¡exacto!, que se joda sus amigos sin cerebros y que se joda el mismo Dawson por ser un cínico y un idiota.
—Un "felicidades" me bastaba.
La sangre se me congelo, sentía una presencia atrás desde hace un buen rato, pero al escuchar su voz ... Confirmaba todo.
Voltee y me encontré con una sonrisa descarada... ¿Era su única sonrisa para mi?
—pero no para mi. -conteste.
—Roro....
Ese apodo, maldigo el día en el que el profesor se confundió en escribir mi nombre.
—¿Desde cuándo nos odiamos tanto? —concluye con una sonrisa
—Desde que llegaste a esta universidad y me quitaste mi lugar.
—La historia es al revés. Yo llegué primero.
Bien, tal vez fui yo la que llegó y le quite lo más preciado para él.
Pero no podía ocultar mis habilidades en este juego.
—ademas, nosotros ya nos conocemos ... ¡Hace años!
