capítulo 3

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♡꙳⭑

Le conté, entre lágrimas, todo lo que me pasó durante ese año y medio, él me escuchaba atentamente, sin dejar de mirarme ni de soltarme la mano, e incluso creo que puedo decir que dejaba leves caricias en el dorso de esta.

-Joder Mia, lo siento muchísimo... Me alegro de que ya lo hayas superao' y de que tengas a gente que sí te valora por quien eres, además de que, en parte y aunque yo no me haya dado cuenta, te haya ayudado en algo. De verda', me alegra mucho.

-Ay Juan, no me digas eso joe... Voy a llorar todavía más. -Sonreí mientras me quitaba una lágrima rebelde que rondaba por mis mejillas. No me había dado cuenta de que seguíamos con la música puesta, así que puse "Perfect" de 1D.

Me sabía la letra y como Juan no, la puse ya que esta canción se la dediqué a él cuando estaba mal, ya que desde siempre me ha atraído y me ha generado esa sensación de familiaridad que tanto me gustaba.

-Cambiemos de tema mejor.

-¿Hoy haces directo?

-Si, hoy si. Hago todos los días hasta el 23, el 24 no hago y el 25 tampoco, el 30 no y el 31 y el 1 tampoco. Sin contar la noche y el día de reyes. Aunque algún otro día no haré directo porque te he dicho que te enseñaré la ciudad.

-De verdad Juan, no hace falta.

-Ya te he dicho que sí y es que sí. -Le sonreí, hay veces que podía ser muy cabezota, y aunque yo lo soy, hasta podría decir que él lo es más.

***

Después de llevarnos aproximadamente 1 hora y media de temas triviales que iban surgiendo a lo largo de la mañana, con distintas canciones haciendo que el ambiente fuera más cómodo y dinámico, todavía quedaba 1 hora y algo.

Y como Juan es de comer, y ya eran la una de la tarde, se estaba muriendo de hambre.

-Mia, Mia, Mia... Tengo hambre -Habló por quinienta vez, llevaba diciéndome eso desde que se me acabó la batería en los cascos, ya que, gracias a que soy muy vaga, no puse a cargar mis cascos la noche anterior.

-Ya lo sé hijo, llevas todo el camino recordándomelo. -Enfaticé el todo y él soltó unas carcajadas, yo también, ya que su actitud se me hizo muy tierna. -Cuando salgamos de aquí, vamos a un sitio a comer.

-¿Tú y yo?

-Si quieres invito también a mi abuela. -Me reí por su comentario y él también, al darse cuenta de la obviedad que dijo.

-Me sé algunos sitios buenos pero, sinceramente, hoy me apetece un McDonald 's. -Bufé con una sonrisa, él me miraba fijamente, provocando que quitase mi mirada, me sentía intimidada.

-Tú mandas jefe.

-Nada que ver, pero... No le pondrás pepinillos a las hamburguesas ¿verda'?

-Mmmm... La verdad es que sí, están muy buenas así. -Este se sorprendió por lo dicho, yo me enrojecí ya que no dejaba de mirarme.

-No me dirás también que le echas piña a la pizza. -Yo me encogí de hombros sonriendo, dándole a entender que así era. Abrió la boca más de lo que la tenía antes. -Pero, pero. Yo me pensaba que me caías bien, ahora ya no.

-Me voy a ir a llorar eh.

-No hombre, pobrecita joe. -Sonrió y yo imité su acción. Aunque llegara ya rato a su lado, aún no asimilaba que iba a estar incluso más tiempo con él. -Pero esas cosas, nunca te las perdonaré.

-No sabes lo que te pierdes eh, de verdad.

-Bueno, me quedaré con la duda.

-No si yo, en un futuro no muy lejano, te obligaré a probarlo.

mi perfecta casualidad »illojuanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora