✨💖Gracias por tanto, perdón por el retraso tan largo. Recuerden que los comentarios me inspiran a escribir más seguido.
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|4 MESES DESPUÉS|
—¡¡Papá!! ¡¡Papá!! ¡Ven aquí!
—No corras tan rápido.
—Date prisa o los helados se acabarán.
Una familia conformada por un niño pequeño y un padre pasaban enfrente del ventanal de la Boutique de Techno. El modista dejó de vestir al maniquí del escaparate para prestar atención a ese tierno momento. Sin querer recordó a su Padre actualmente divorciado de su Madre. Es curioso como lo que de niño creías que sería para siempre es lo que primero desaparece de tu vida.
Desde el divorcio su Madre regresó a Tailandia, y su Padre se quedó a vivir en Chicago. Rara vez lo frecuentaba, pero aún conservaban su cariño uno por el otro. Aunque claro que ya nada era lo mismo, las navidades eran frías sin él y habían dejado de ser mágicas.
Esos pensamientos lo hicieron tocar su ligeramente abultado estómago donde su bebé se esconde. Se entristeció ante la idea de que su hijo crecería en una familia pequeña y rota.
—Lo siento bebé— Murmuró.
Deseaba tanto darle felicidad a su pequeñito que por eso se esforzaba en el trabajo para ganar mucho dinero, y convertiste en un modista de renombre
Desde que había roto con Kengkla había tomado la decisión de crear un camino para él y su bebé. Por eso mudó la boutique del Parque de diversiones a un Centro comercial. Quería demostrar que podía triunfar sin ayuda del Alfa.
Se mudó de la Mansión de Tharn hacía un departamento hermoso cerca de la zona. Le resultó sorprendente rentarlo a un económico precio.
Tanto su Madre como su hermano menor se turnan para ir a visitarlo cada día con el fin de cuidar de él debido al embarazo. Cuando puede Type lo pasa a ver en compañía de los gemelos.
Techno pensó que sería encantador si sus hijos se hicieran amigos de los hijos de su mejor amigo. La imagen mental de tres pequeños yendo tomados de la mano a la escuela, lo derretía de amor.
—¡¡No lo quiero!! ¡¡Llévatelo!!
El rugido de un cliente lo hizo salir de sus pensamientos. Salió del escaparate, y se encontró a Can discutiendo con un cliente que le acaba de lanzar un suéter en la cara.
