El diario de Emma Jackson

Capítulo 7

Emma,

    He asistido a 3 sesiones con Barry, pero hoy aquí me tienen muerta de los nervios tratando de controlar mi ataque de pánico. Respiro profundamente y camino alrededor de mi habitación buscando la tranquilidad.

    Te preguntarás qué me tiene así, estarías igual si estuvieras a punto de conocer la novia de tu padre.

    Llaman a la puerta, y logro escuchar la voz de Lucía anunciando que llego la visita. La opresión en mi pecho es aún peor, mis manos tiemblan y sudan al mismo tiempo.

<<Respira Emma, cuenta hasta 1 0>>.

    No se cuánto tiempo paso, supongo que mucho. El necesario para que papá tenga que venir a buscarme.

— ¿Linda qué sucede? ¿Está todo bien? — pregunta acercándose a mi.

— Estoy muy nerviosa, quiero causar una buena impresión — respondí.

— ¡Oh cielo! Así será, tranquila. Dame un momento — lo vi adentrarse en el baño y salir con un par de toallas húmedas en sus manos.

   Delicadamente comenzó a limpiar el sudor de mi frente y mis manos. Aseguró bien la diadema que adornaba mi cabeza y besó mi frente.

— Eres todo para mi ¿lo sabes? Te amo — dijo dulcemente.

— Yo te amo más y gracias papá — sonreí.

— Recuerda lo que te dijo Barry, respira y piensa en cosas lindas — comentó.

— Eso trato, pero no es tan sencillo — confesé pasando mi mano bruscamente por mi rostro.

— Poco a poco aprenderás a controlarlo ¿Te sientes mejor? — preguntó.

— Si, un poco —.

    Tomó mi mano y comenzamos nuestro trayecto hacía la sala de estar. El camino me pareció eterno.

    Ahí estaba ella, cabello corto, finos rasgos y mirada penetrante, labial rojo y un vestido negro entallado. En cuanto entramos, se alejó de la ventana, se tiró a los brazos de papá y lo besó. Éste por el contrario se separó inmediatamente de ella apenado y volteó a verme.

    Ella después de eso,  al parecer noto mi presencia.

— ¡Oh! — levantó una de sus delineadas cejas con desdén — Tú debes ser Emma —.

— Lisa ella a mi hermosa hija Emma — dijo mi padre colocándose detrás de mi — Emma ella es Lisa, mi novia —.

<<Desearía ser mejor en esto de las presentaciones>>.

— Lisa, que gusto conocerte — le brinde una gran sonrisa.

— El gusto es mío pequeña — dijo extendiendo su mano hacia mi.

— ¿Quiénes son ellos? — pregunté apuntando a un par de niños sentados en la sala.

— Ellos son Riley y Benjamin, mis hijos — respondió ella con orgullo — Vengan chicos a saludar —.

El niño brincó del sofá rápidamente y se acercó a mi — Hola Emma, soy Benjamin. Espero que podamos ser buenos amigos — dijo amablemente.

— Espero que así sea — aseguré.

    La tal Riley permaneció sentada en el sofá cruzada de brazos como molesta, parecía tener mi edad.

— Vamos hija — Lisa se acercó hasta ella.

— ¿Qué tienes pequeña? — preguntó papá.

    Preguntaron en vano, ella no respondía. Estaba comenzando a caerme bastante mal.