Capitulo 5

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Emma,

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Emma,

    El lunes siguiente, después de despedirnos de los abuelos, emprendimos el viaje por carretera hasta el rancho de papá.

    El camino de entrada a la casa era un campo grande lleno de colinas y robles, de la reja principal emergía un camino pavimentado que serpenteaba.

    Cuando llegamos a las rejas del rancho, éstas se abrieron automáticamente. Era un arco de hierro forjado donde se encontraba escrito "NEVERLAND" y sobre estas palabras "Michael Jackson" estaba escrito de forma horizontal en una especie de listón de oro.

    Observaba todo a mi alrededor con lujo de detalle, eran largos caminos hechos de piedras, rodeado de abundantes árboles, extensas praderas y decoraciones florales, junto con lámparas que podrían alumbrar todo el camino al anochecer. Caminamos por uno de esos caminos hasta llegar a la enorme mansión.

Cuando la puerta se abrió, el personal de la casa estaba formando dándonos la bienvenida. Cada uno de ellos me daba un apretón de manos y se iba presentando a medida que íbamos pasando.

Aún no puedo creer que esta vaya a ser mi casa, estoy bastante impresionada, jamás imaginé que sería así de grande y hermosa, es algo tan irreal. Camino lentamente admirando todo.

— ¿Te gusto la casa cariño? — preguntó ansioso.

— ¿Bromeas? Me encantó — dije dándole un fuerte abrazo.

— Espera a que veas tu habitación — dijo con una gran sonrisa en el rostro.

— Wow ¿Podemos ir ahora? — pregunté.

— No, debes esperar. Tengo un par de sorpresas preparadas para ti el día de hoy — comentó.

— ¿Qué es? — conteste impaciente.

— Ya verás — tomó mi mano y me jaló hacía él.

Salimos de la casa y comenzamos a caminar recorriendo los alrededores y hablando sobre nosotros, ya que él estaba muy interesado en saber más de mi.

El rancho Neverland albergaba 30 habitaciones, un cine, un teatro, una inmensa piscina, un lago, un zoológico (con animales de granja, elefantes, serpientes, monos e incluso flamencos) y un parque de atracciones (con noria, montaña rusa, carrousel, barco pirata y otra atracciones). Un tren recorría el lugar para facilitar los desplazamientos, pues a pie podía resultar agotador.

— ¡La verdad es que este es un lugar increíble! Te felicito papá — grite emocionada.

— Que bueno que te guste mi niña — contestó.

— Dime a quien no le gustaría vivir en un lugar como este, en donde tienes tu propio parque de diversiones, tu cine privado ¡hasta un zoológico! Es mágico y hermoso — comenté.

El diario de Emma JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora