⁕De Unα Bromα α Algo Mάs⁕ [Duxino]

«Pɩʝᥲຕᥲᑯᥲ ɩᥒoꙆʋɩᑯᥲᑲꙆᥱ»

Día 5 de la semana 2 (Tres días después de que Aquino se enfermara)

Se encontraba Aquino acostado en su cama hablando con sus amigos, mientras Duxo se encontraba haciendo directo en otra habitación jugando lo que parecía un juego de terror, ya que Aquino sólo podía escuchar los gritos repentinos del azabache a través de la pared.

Pasó un buen rato hasta que Aquino se aburrió, y como Duxo había dejado ya de gritar, pensó que el oji lila había terminado ya su directo, por lo que decidió ir a molestarlo un rato.

Se levantó, caminó hacía la habitación en donde se encontraba el mayor y la abrió sin hacer ruido para luego saltar dentro repentinamente, asustando a Duxo, quien se encontraba aún frente a la computadora, al parecer no, no había acabado su directo aún.

Duxo trató de disimular el susto frente a la computadora mientras el chat le preguntaba que había pasado. Menos mal que Aquino se encontraba fuera del campo de visión de la cámara.

—P-Perdón chat, es sólo que uno de los perros de los vecinos ladró bien fuerte y pues me asusté, no se preocupen. —Dijo el azabache tratando de explicar lo sucedido.

Aquino, apenas se dio cuenta de su error, salió rápidamente del cuarto y volvió a su habitación,  había metido a Duxo en un pequeño lío, ay no.

Pasaron aproximadamente 20 minutos cuando Duxo apareció en la puerta de Aquino, fulminándolo con la mirada.

—Ah, hola D-Duxo —Dijo el castaño sonriendo avergonzadamente.

—Webón, a la próxima al menos mándame un mensaje o algo, ¿sabes cómo chucha se puso el chat? Parecían locos con sus teorías. —Dijo el azabache para luego soltar un suspiro y apoyarse en el marco de la puerta.

—Perdón... Es que, como habías dejado de gritar pensé que ya había terminado el directo, sólo quería hacerte una broma.

Aquino dijo esto con la cabeza agachada mirando al suelo, por lo que Duxo notó que realmente se sentía mal por meterlo en aprietos.

—Ya, igual no importa, lo bueno es que al final me creyeron lo del perro. —Dijo Duxo sonriendo, por lo que Aquino entendió que lo había perdonado y sonrió también.

Luego de un rato en silencio, a Aquino se le ocurrió algo, por lo cual se lo propuso a Duxo.

—Oe Duxo, ¿y si hacemos una pijamada? Aún no es muy tarde y no tengo ni mierda de sueño.

—¿Pijamada? Pero no hemos planeado nada webón.

—Mira, tu ordena tu cuarto mientras yo voy a comprar cancha o algo para comer y vemos una película, ¿Qué dices?

—Pero, ¿Por qué en mi cuarto? Tremenda pereza pa arreglarlo ahorita, en tu cuarto nomás.

—Duxo, en tu cama hay más espacio y el que tiene tele en su cuarto eres tu, ¿Cómo mierda haríamos en mi cuarto?