El bastardo de una Maid

Pasados dolorosos

Dicen que los demonios son de los seres más crueles y ruines del mundo, disfrutan del torturar a pobres almas que caen en sus manos y siempre piensan en nuevas formas de llevar a cabo este cometido y es esto mismo lo que les pasaba a unas pobres almas que eran torturadas, no con látigos, no con hierros ardientes o doncellas de hierro, esta tortura era mucho peor....entrenamiento.

Nymeria Zargan ex comandante de la primera legión de la casa Zargan durante la guerra de las tres facciones y de la guerra civil demoniaca, esposa de Quentin Zargan jefe de la casa Zargan, una de las más antiguas casas del inframundo que se creyó extinta en la guerra civil.

Ya habían pasado tres días desde su llegada a Kuoh y en esos tres días se dedicó a entrenar a todo el sequito Lucifuge, esto no era novedad puesto a que todos entrenaron con ella por un tiempo, la mayoría desde niños salvo del caso de Damien, Kuroka y Mordred que estuvieron entrenando con ella años atrás.

Ahora todos los miembros los que entrenaban bajo su mando estaban descansando con las respiraciones agitadas y sus prendas pegadas al cuerpo de tanto sudar, ella siempre había sido muy exigente en sus entrenamientos, pero a pesar de casi llevar a quien entrena con ella al borde de la muerte consigue un gran poder y condición física para el campo de batalla.

''lo mío no es el entrenamiento físico, soy una alquimista yo uso mi cerebro'' protesto Semiramis la cual apenas y podía caminar del cansancio. '' no puedo mover los brazos'' dijo una adolorida Medea intentando sentarse sin que su cuerpo tiemble.

''vamos chicos tenemos que ir a la casa'' dijo un adolorido Damien que a base de espíritu se puso de pie y ayudo o al menos intento ayudar a poner de pie a Kuroka y Mordred las cuales no estaban en un estado mejor que el suyo.

También iban con ellos Sasaki que se apoyaba en su espada para caminar, detrás suyo también iba Fran que caminaba mientras murmuraba incoherencias y detrás del grupo iban Diarmuid y Cuchulain que a primera vista parecía que a ellos no les afecto el entrenamiento, pero la realidad era que después de años de entrenar con su madre ellos ya habían aprendido a fingir por fuera que estaban bien, solo para sufrir y maldecir por dentro.

Todos habían llegado al interior de la casa cansados y llenos de sudor y tierra, con todas sus fuerzas Damien y sus novias subieron los tortuosos escalones hasta el baño donde pudieron llenar la tina y los tres entraron, era una suerte que su abuelo la hiciera al estilo de los baños japoneses, cuando los tres entraron no pudieron evitar sacar un jadeo de satisfacción.

''ahh ya necesitaba esto, ni padre era tan exigente para entrenar como lo es lady  Nymeria'' dijo Mordred recargando su cabeza en el borde de la tina , ''coincido Nya ya era necesario relajarnos, desde que llego ella no hemos hecho otra cosa más que entrenar nya'' respondió Kuroka que tenía su cabeza en el hombro derecho de su novio ronroneando por el tiempo que pasaban juntos.

''lo bueno es que mañana iniciaran las clases y podremos volver a la rutina sin que ella nos quiera entrenar hasta morir'' dijo Damien que no sabía si estaba feliz o no por la llegada de Nymeria, ella era una leyenda en el inframundo, una hábil guerrera de buena mente y estrategia que sin duda era un aliado más que valioso para él y que volvió pero aún no sabía porque.

unos minutos después los tres salieron y se vistieron para ir a desayunar, en la cocina había un gran desayuno cortesía de Sebastián, desde fruta fresca, jugo y huevo hasta salchichas y tocino, el sabía que ahora con el ejercicio extra que hacían debían de comer mejor, los demonios al igual que otras especies quemaban calorías para el uso de magia y de entrenamiento, la diferencia era que estos requerían tres o cuatro veces más a las de un humano  de allí que naciera el pecado de la gula según los mortales.

''Lord Damien recuerde que hoy tomara el té a las tres con la señorita Rias y la señorita Akeno'' anuncio Sebastián de pie a un lado de Damien con una tetera en mano mientras le servía más a su amo, ''gracias Sebastián y por favor ya hablamos sobre llamarme lord '' aún no se acostumbraba a esto, quizá con el pasar del tiempo ya sea algo común para el.