Capítulo 49: El misterio de una Withworth

31 11 0
                                    

-Jamás debió ocultarme lo de Keisha. No era necesario -resaltó Chris a la pantalla de su celular, en una video llamada con Deborah y Angela la noche antes a la Navidad, según el horario en París.

Había estado hablando con Daniel sobre todo lo que éste nunca mencionó de Keisha. Al principio habían postergado la charla, y Chris se había quedado con el solo saber de que su amor no era él Misterioso. El día continuo al que llegaron a París tuvieron esa plática, y la forma en la que Daniel se expresó demostró cuan afectado había quedado de esa relación, peor aún, lo culpable que siempre se sintió de la muerte de Keisha...

Cuando comenzaron los rumores de las posibles acusaciones por parte de Keisha hacia Chase, Daniel no creyó eso en lo absoluto. Cómo se convencería él de que ella había sido violada por Chase, cuando ella mismo le dijo que tenía una relación con él mismo, de la manera más enaltecida y humillante. Él solo se rehusó a creer esa historia, estando dolido, decepcionado, como todo joven de corazón roto después ser engañado por su primer amor. Era entendible su rechazo.

De ella, eso no fue lo único que se escuchó, se rumoreaba que también se había involucrado con un hombre mayor dentro de la escuela. Los rumores solo llegaron hasta ahí, nada concreto, ni un nombre de por medio, solo un estúpido chisme más de secundaria. Después de lo que sí misma afirmó, para Daniel no le fue difícil creer que también había alguien más, y le pareció poco creíble que el novio la había violado, quien lo era después de todo, Chase Benson.

Lo peor para Daniel, fue el día de su suicidio. Una mañana, un mes después de que él y Keisha terminaran, ésta le llamó: -"Daniel te necesito, en serio te necesito más que nunca". -Fueron las palabras de Keisha sumergidas en llantos de súplicas. El mismo tiempo que duró su expresión, también duró la llamada, porque Daniel no dudó en cerrarle. Sin brindar esa ayuda por la que le imploraron, sin ser consciente de lo realmente buscaba Keisha, le dio quizás el último aliento para quitarse la vida.

Extraño que nunca quiso ella presentarlo con su madre, quien era la única persona con la que Keisha vivía, así lo aseguró siempre, y que a su padre, no lo conoció en lo absoluto. Le gustaba mantener ese suspenso de su vida, parecía un juego para ella que nadie supiera tanto de su día a día, más solo lo que hacía en el colegio, eso era lo único que todos conocían de Keisha. No tenía amigos de la primaria, ni amigos del pasado, solo los que hizo en Integrity durante el primer año de secundaria, como si fuera recién llegada al pueblo, pero según vivió toda su vida en Heaven Grim. Nadie conoció a su madre, ni un familiar representativo, nunca llevó uno al colegio. Nadie sabía más de sí, solo que las colegiaturas las pagabas ella misma y era una excelente estudiante.

Por su vida sin vida, su pasado sin conocimiento, su extrañeza y misterios de cada día. Daniel ni se enteró de su suicidio, horas después de haberle llamado, no supo que Keisha había muerto. Hasta que dos días después, al colegio llamaron para comunicar el lamentable suceso. Bajo los pocos detalles de su aparente suicidio, Daniel corroboró que fue justo después de su llamada. De inmediato se le calló el mundo a pedazos, se invadió de un profundo pesar, lo persiguió la culpa. Se declaró culpable a sí mismo del suicidio de su gran amor. Es que tal vez, solo tal vez, si le fuera dado más importancia a esa llamada, muy probablemente la historia contada hubiese sido otra, y no el suicidio de una joven de quince años que se abrió las venas sin pudor.

Todos los 26 de cada mes, Daniel había visitado la tumba de Keisha, por todos esos largos dos años, no hubo un solo mes en que no llevara flores a su tumba, y ni un solo mes en que no pagara por una misa en su memoria: los 26 de Noviembre, durante todo el 2011 y en ese exacto 2012. A la tumba de Keisha, siempre la encontró como la dejaba cada mes, por lo que no había nadie más quien la visitara. Era el único también que pagaba una misa en su nombre. Era más triste para él, pensar que nadie la recordaba...

LO MEJOR ES CALLAR: Deseo de Justicia [REEDITANDO]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu