Capítulo 29: Otros macabros secretos

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Luego de buscar todo tipo de herramientas fuertes en la cabaña Benson, los chicos volvieron a lo principal, deshacer toda la seguridad de aquel cuarto impenetrable. Las cadenas y candados de tan solo una puerta eran una punzante ansiedad a la indagación de una mente. Chris utilizó un pico sin precaución por un par de minutos, vio caer el primer candado y luego el segundo; las cadenas empezaron a soltarse por sí solas, como así también se soltaban los nervios alrededor de sus cuerpos. Todos tres tenían el corazón latiendo a mil por minuto, y sin sentido sus gargantas quedaban secas...



Las miradas de los chicos se acoplaron en la misma sensación impactante de inseguridad. Temían por lo que podrían encontrar ahí, entre esos computadores y esas repisas con decenas de casetes, marcados de colores por serie. La habitación parecía un lugar para coleccionarlos. Había también una colección de cámaras, distintas marcas, unas más antiguas y habituales para casetes; otra más modernas de las que se guardaba todo en memorias; hasta trípodes había ahí. Ya nada tenían sentido, al parecer esa habitación era el estudio de un afanado camarógrafo.



La tarde empezaba a desaparecer, los chicos no se percataban de la hermosa vista que se había armado allá fuera. Mientras el sol se metía el cielo se destilaba en colores anaranjados. La cara del mismo sol se reflejaba sobre el lago que se adoptaba casi al color del cielo. La creación más bella de Dios había sido la naturaleza sin duda. Heaven Grim, escondía las más bellas y pequeñas vistas de todo Connecticut, por eso algunos creía en su infalible perfección.



Al revisar todo lo que había en ese cuarto, la inseguridad sobre fisgonear despareció por completo, no habían notado unos pequeños estuches, que tenían dentro memorias de algunas de las cámaras presentes. Ansiaron evidenciar con rapidez lo que contenían esos casetes, para detener el suspensivo constante que se repercudían en sus mentes.



Al chequear el contenido de un casete, Angela no pudo contener las lágrimas, los miró a los chicos tan abatida. Ellos parecían apaciguarla con la mirada. Ni Trina, ni Deborah, eran las primera que sufría una violación a sus personas al ser grabadas sin sus consentimientos. No ocupaban esos puestos.



Angela desesperó por ver si los otros casetes contenían lo mismo... y si.



Había muchas más que habían sufrido lo mismo, o tal vez ni sabrían de la existencia de esos videos, pero existían de todos modos, y solo reflejaban las asquerosidad del ludibrio de unas cuantas personas que vivían en el pueblo. Cada casete tenía el nombre de su víctima junto a la fecha de grabación. Los colores por sección, era lo que los separaba por años.



Desde el 2010 hasta el 2012, tal vez yacían alrededor de doscientos videos, quizás más de cincuenta por año. El mayor de los ascos sintió Angela. El color azul fue utilizado para indicar el primer año (2010), morado para el siguiente (2011) y celeste para el actual de ese momento (2012), que era el que parecía tener menos casetes, en relación con los anteriores.



Chris empezó a ojear unas libretas que había en el escritorio de los tres computadores. Aquellas parecían directorios.



-Chicas -llamó Chris para que viesen lo mismo que él.



Era libretas de contabilidad. En ellas se registraban las ventas de los videos que contenían esos casetes. Todas y cada unas de las transacciones provenientes de diferentes regiones de Connecticut, empezando por Heaven Grim y otros lugares locales de la ciudad: Sweetdown, New Milford, Torrington, Norwich, Meriden y Waterbury. Lo que hacían con los videos era todo un negocio del más bajo y repudiable acto. Era pornografía infantil, todo un mercado negro de ella.



Entre los nombres registrados de los asquerosos con lo que transaban las ventas, resaltaban los nombres de algunos importantes empresarios del pueblo, como el padre de el mismísimo Santiago, Albert Reed. Chris procedió de inmediato a intentar prender los computadores, pero estaban con contraseñas, por lo que no pudo llegar a más, de todas formas, ya tenían lo suficiente.

LO MEJOR ES CALLAR: Deseo de Justicia [REEDITANDO]Where stories live. Discover now