Capitulo 36

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Dave Leon.

Ninguno se los dos supimos como reaccionar ante lo que acababa de decir, mis manos seguían en la cintura de ella, Dios tenía un olor exquisito , que me estaba asiendo perder la cordura, quede cerca de su oído y sentía como su cuerpo se tenso.

—¡Esto es increíble!, se nota que eres un buen actor padre, pero inventarse un nombre falso debe ser una broma.—Elisabeth se encontraba muy enojada.

No podíamos negar que el señor se parecía mucho al padre de ella, pero su forma de mirar y de vestir era diferente, ni hablar de la mujer que lo acompañaba, sus ojos eran iguales a los de Beth.

¿Podrá ser que....?.

—Señorita, ya le he dicho que no soy la persona que tanto odio.—murmuró el señor —,créame, ¿Cuál es el hombre de la persona con quien me confunde?

Oí la respiración de mi esposa, se iba alterando poco a poco.

—Cálmate.—pedí, no sabia la razón por la cual no me había lanzado asia el, después de escuchar lo que escuché.—Fran, creo que es suficiente, ¿Que más quieres?, ya te acostaste con mi ex novia, ahora engañas a esta señora.

—Haver, haver.—la señor interrumpió poniendo sus manos en un pare.—Mi esposo no es Fran, no se a acostado con nadie más que conmigo, y nunca me ha engañado, así que muchachos, calmense. Y cuando lo hagan podemos hablar.

Dijo eso y inmediatamente se giro en dirección por donde había salido, el señor observo un poco más de tiempo a la mujer que aún lo veía con desprecio. Después de un rato más el también se retiro.

Solte su cintura despacio y me posicione frente a ella, aun seguía con su mirada pérdida, me acerque un poco y con delicadeza alze su barbilla, nuestros ojos se conectaron, esos ojos cafés, negros, auno puedo distinguir cual ese color, lo que si se es que esta mujer me estaba poniendo nervioso, su toques eran tan fríos, que me daba miedo que algo malo le sucediera por lo fría que es.

—¿Que pasa Beth?.—era la primera vez que la llamaba de esa manera, pero me resultaba más fácil, además se oía hermoso. 

Me daba miedo, de la forma que iba tomar como la estaba empezando a tratar, pero no era yo quien asia aquello, era una reacción de mi cuerpo
¿Que podía hacer?.

—¿Lo viste?.—murmuró quitando mi mano con delicadeza, acto que me dolió, no me quería cerca.—Son iguales, es un mentiroso eso es lo es, como pudo inventar un nombre, ¡lo odio¡ lo odio tanto.

Se paro muy cerca del filo del barco, hecho que me iso pasar por su lado, para que no le pasara nada.

—Cálmate Beth.—la miro desde donde estoy,—Quizá sea verdad,¿ si mejor salimos de la duda?.

—¿Como?.—me mira un segundo, hasta cuando cae en cuenta a que me refiero.

Saca su teléfono de donde lo tiene y rápido se lo lleva a su oído, su fracciones son de perfección pura, es obvio que en este lugar se encuentra mujer hermosas, pero ninguna se compara con la belleza de ella.

—Que quieres Elisabeth.—oigo la voz de mi suegro, tan idiota como siempre.

—¿Donde estas papa?,—Pregunta la preciosa mujer que tengo en frente, mirando a donde se encuentra el otro señor sin dejar de ver a Elisabeth, desde la lejanía.

—¿Como que donde estoy niña estúpida.?—juro que quise matarlo ahí mismo.—Estoy ocupado Elisabeth, tenemos que hacernos cargo de todo lo que dejaste en la empresa.

Sin decir nada más colgó, para después regresar a verme.

—No era el.—murmura viéndome.—¿Pero no soy yo la que se está equivocando verdad?.

Estrella AzulWhere stories live. Discover now