Capítulo 2

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Louis acaba de aterrizar de su vuelo a Nueva York y se siente nervioso. Recoge su equipaje y le manda un mensaje a Harry diciéndole que ya había aterrizado. Está ansioso de conocer al chico que le robó el aliento estas últimas semanas. Toma una respiración profunda y se encamina a la salida, donde las personas se encuentran con los recién llegados. Hay mucha gente en el lugar y se detiene a buscar a un omega alto y rizado.

Logra escucharlo y lo intercepta. El omega lo llama levantando las manos y con una sonrisa amplia. Harry se acerca casi corriendo. No puede creer que tiene al omega enfrente. Suelta su equipaje antes de que él lograra llegar y Harry salta, abrazándolo con las piernas en su cintura. Louis trastabilla un poco, pero lo sostiene firme contra él.

–Harry, hola –lo saluda. Es todo lo que le puede decir.

Toma una respiración profunda, el olor de Harry llena sus pulmones y siente que si no se contiene, en cualquier momento podría entrar en celo. No puede permitir que su lado animal lo domine y actuar por instinto. Es en ese momento en el que se da cuenta.

Su alfa reconoce el olor como el de su omega, como su destinado.

No sabe qué hacer con esa información.

–Hola, lo siento –dice Harry separándose un poco para mirar su rostro. El omega no se había dado cuenta que había enterrado la nariz en su hombro, respirando el olor del alfa que lo quemaba por dentro. Harry tiene el corazón acelerado y sus brazos no quieren soltarlo. Su omega le pedía que no se alejará nunca de él.

–Harry... –Louis vuelve a hablar, bajándolo con cuidado–. Eres hermoso en persona, más hermoso, eres...

No puede articular ni una palabra más, las sensaciones que lo recorren lo sobrepasan. Lo vuelve a abrazar. Se siente completo, siente que su vida no tiene más sentido sin Harry a su alrededor.

–Gracias –el omega responde a sus cumplidos, rodeándolo con los brazos y dándole un beso en la mejilla. El alfa siente que es otra sensación escuchar su risa en persona–. Tú también eres mucho más hermoso en persona. La cámara no favorece esos ojos que tienes –murmura.

Louis ríe y niega, mientras sus mejillas se sonrojan. El ojiverde sonríe enternecido, Louis es el alfa más dulce que había visto.

–Gracias, Harry –dice algo tímido.

Siente como su alfa se apodera de él y Louis lo toma de las mejillas, acariciándolas.

Su nariz roza la de Harry y por un momento casi lo besa. El omega cierra los ojos, esperando a ser besado. Pero Louis no lo siente del todo correcto, no quiere faltarle el respeto.

El ojiverde vuelve a abrir los ojos.

Oh Dios, ¿tiene mal aliento? ¿Qué ha pasado?

–¿Me esperaste mucho? –el alfa pregunta, alargando su brazo para tomar su maleta.

Harry sonríe disimulando la desilusión y decide agarrarlo de la mano que tiene libre. No quiere demostrarle al alfa que está tan afectado por un simple beso que no se dió.

–No esperé mucho. ¿Cómo estuvo tu viaje? –pregunta mientras comienzan a caminar entre la acumulación de gente.

El ojiazul necesita pegarse a Harry lo más que puede pero sabe que no puede demostrar eso, porque asustaría al chico. Para él, Harry es muy perfecto como para arruinarlo.

El alfa toma con firmeza la mano del omega y sonríe. Le gusta como se ve, sus manos encajan bien, a pesar de ser tan distintas entre sí.

–Bien. Me entretuve adelantando trabajo para poder tener más tiempo esta semana, para que podamos estar juntos –dice Louis algo nervioso, pegándose a Harry para no perderlo.

La Forma en que Nuestros Horizontes se Encuentran - LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora