Mi Primera Vez

Capítulo 1 ♡

-Señorita, ¿se encuentra bien? - Una azafata agobiada me mira con el ceño fruncido.

-Eh, sí. Lo siento, aquí está mi pasaporte y ticket de vuelo. - Tomo rápidamente mi equipaje de mano del suelo y continúo mi trayecto hacia el asiento 22B en el avión, por suerte me ha tocado la ventana. No todo puede ir mal... Me mentalizo.

Hace apenas unos segundos me encontraba despidiéndome de mis padres y ¡DIOS MÍO! ha sido un verdadero drama dejarlos atrás, mi madre no paraba de secarse las lágrimas y repetirme que me iba a echar de menos a cada segundo del día. Mi padre, por su parte, no dijo mucho pero con su mirada imponente y lo fuerte que me tomó entre sus brazos, como si siguiera siendo su niñita, me hizo ver lo mucho que con sus palabras no podía expresar... Lila, mi hermanita, no paraba de gritar lo más alto que sus pequeños pulmones le permitían que me quedara, mientras que Zack, mi hermano, parecía más atento al resultado del clásico entre el Real y el Barca que por mi partida se estaba perdiendo. Ellie, mi mejor amiga desde jardín de infantes, no pudo venir, pues desde hace un par de días se marchó a New York a estudiar en la universidad de Columbia y aunque estoy muy feliz por ella, fue una verdadera pena no verla por última vez, pues me aterra pensar que ya no la tendré junto a mí la mayor parte del día; Ellie me hacía sentir cómoda, en casa, segura. Ante mis silencios incómodos y mi ansiedad social, siempre sabía como rescatarme y ser mi fortaleza... Solo espero que ni la distancia, ni nadie, pueda dañarnos nunca.

El avión está a punto de despegar y siento todo tipo de emociones. No puedo creer que estoy a tan solo segundos de dejar todo lo que conozco atrás, es la primera vez que salgo de mi país, es la primera vez que viajo sola y sobre todo, es la primera vez que estaré tanto tiempo lejos de mi familia. Cierro los ojos y suspiro, miro por la ventana infundiéndome el valor necesario para no temer más de lo debido y ser valiente, algo que nunca he sido y no echarme a llorar. Saco mis audífonos del fondo de mi bolso y a penas me dispongo a conectarlos y perderme con una de mis canciones favoritas de Taylor Swift, el avión empieza a avanzar rápidamente, me estremezco de inmediato y al parecer debo tener una cara de horror que ni me imagino, pues una señora de no más de 50 años, rubia y con una sonrisa muy cálida, la cuál se encuentra a mi lado sujetando un libro de poemas en sus manos, me susurra: "todo irá bien cariño", le sonrío instintivamente, pues en mis primeras horas de soledad todas las palabras amables son bien recibidas, sin duda. Me giro hacia la ventana y el avión se eleva lentamente. 

Es increíble la sensación que experimento en aquel momento, nunca antes lo había vivido y ¡WOW! siento un leve vacío en el pecho, es como si estuviera volando, como si fuera libre. Observo cómo se va haciendo cada vez más pequeña la ciudad que me vio nacer y de la cual nunca antes había salido, las casas se ven poco a poco más y más pequeñas y de un momento a otro las dejo atrás, dejándome una vista espectacular de la noche estrellada de noviembre. No tengo palabras para describir lo que siento, nunca he sido buena para describir mis emociones porque considero que todos somos un cumulo de muchas cosas y eso es lo que nos hace únicos y a la vez contradictorios. Me pierdo en mis pensamientos y luego de observar la noche por largos minutos y ocultarme en su inmensidad me acomodo en mi silla, el viaje durará aproximadamente 15 horas y más me vale ponerme cómoda. Conecto mis audífonos y le doy play a "Love Story", una canción preciosa que me encanta porque demuestra la fuerza del amor, amor que nunca he experimentado con nadie y que me cuesta creer que exista fuera de las películas y los libros. "Ojalá algún día alguien compusiera una canción así pensando en mí..." Me quedo con este pensamiento un largo rato rondando por mi cabeza y lentamente el sueño me gana la batalla.

Cuando me despierto ya estoy en Inglaterra y mi corazón empieza a latir a mil por hora, qué digo hora, por segundo. 

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