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Cale Chade 



Sentado en la parte trasera del carro, un sin fin de pensamientos comenzaron a atormentarme, pero los principales eran: ¿por qué madre quería verme? ¿Qué había sucedido? 

Tomando en cuenta las razones de las pocas ocasiones en las cuales madre había solicitado mi presencia, pude deducir tres conclusiones; quería aparentar ser la familia perfecta frente a un evento; necesitaba presumirme en una de sus reuniones sociales; o tenía que re-educarme.

Pero como no me había llegado el aviso con tiempo, y darme cuenta que la mansión estaba completamente vacía, supe que la tercera opción era la más acertada.

Mire hacia abajo mientras trataba de regular mi respiración, pero mis manos ya habían comenzado a temblar. Debía de tranquilizarme, no podía permitirle el verme aterrado, el hacerle saber que tenía control sobre mí. Tengo que demostrarle que no sigo siendo aquél pequeño cachorro.

―Joven Chade, hemos llegado ―anunció el conductor.

No me había dado cuenta que el carro había sido estacionado, hasta que el hombre me habló después de abrir la puerta.

Baje del carro sin decir nada, y seguí mi camino con la mirada en alto al entrar al lugar, que aunque se sentía familiar, jamás fue un hogar para mi.

―La señora lo esta esperando en el cuarto de tutorías ―respondió una joven chica, sin mirarme a los los ojos.

Y sabía lo que se venía ahora.

―De acuerdo ―respondí sintiendo mi garganta seca.

Continue mi camino hasta llegar un pasillo en lo profundo de la mansión, encontrándome con una gran puerta de hierro. No quería entrar, pero si me tardaba un segundo más, madre se molestaría, y todo se volvería oscuro. 

Todo volvería a ser como cuando era pequeño. 

El dolor y la oscuridad volverían abrazarme.

Cerré los ojos con fuerza, y tomé una gran bocanada de aire, para después dejarlo salir de a poco. Camine con paso decidido hacia la puerta, la abrí y entonces el olor a sangre y humedad me golpeo la nariz como una salvaje ola sobre todo mi cuerpo. Quise vomitar de inmediato.

―Adelante, cachorro ―una suave y venenosa voz se escuchó dentro de la habitación.

Me quedé helado, mientras sentía mi cuerpo temblar, y corazón palpitar como loco. Tenía miedo, me sentía de la misma forma a cuando tenía 5 años, la primera vez que me tocó enfrentar la re-educación.

―Entra rápido ―ordenó esta vez en un tono amenazante.

Mi cuerpo avanzó en automático, la habitación se encontraba mayormente oscura, salvo por una pequeña lámpara que estaba colocada sobre mí, iluminándome por completo. Mantuve mi mirada pegada al suelo, solo pudiendo observar parte de sus piernas cruzadas, y aquél látigo de cuero que solía usar en este tipo de ocasiones.

―¿Sucede algo, madre? ―pregunté en un tono cortés.

―Así es, cachorro ―contestó―. Le has estado ocultando cosas a tu madre, y sabes que eso no está bien ―se puso de pie, mientras arrastraba el látigo, haciendo que los cabellos se me pusieran en punta. El sonido del látigo siendo arrastrado por el piso de concreto parecía tan ruidoso―. ¿Por qué no le dijiste a madre que ya tenías pareja? No sabía que eras un sucio al que le gusta revolcarse con alfas ―se burló. Me quedé helado, ¿sabía de Ryle?―. Además te dejaste marcar, ¿cómo puede ser posible que tu seas el heredero de los Chade? ―soltó entre-dientes, colocándose justo detrás de mi.

Mierda, mierda, mierda. Si antes se me había dificultado mantenerme lúcido, ahora en definitiva no podía pensar con claridad, estaba sudando por el miedo que me invadió. En definitiva sabía de Ryle.

―Lo siento, lo siento mucho ―comencé a disculparme con mi voz temblorosa, y ojos nublados.

―Oh, y no solo eso, también comenzaste a dejar de ir a la universidad, ¿qué creías que no me iba a enterar? ―sin previo aviso, lanzó su primer golpe hacia mi espalda con su látigo. No hice ningún ruido―. ¡Quítate la puta camisa y pantalones! ―vocífero.

Sin desperdiciar, me desvestí como lo ordenó.

―Lo siento, madre ―me disculpe, mientras luchaba por contener las lágrimas.

Jamás podría dejar atrás a mi yo de 5 años, ¿no es así?

―¿Lo sientes? ¿¡De verdad lo sientes!? ―volvió a usar el látigo sobre mí―. ¡Eres una maldita basura, un idiota bueno para nada! ¡Me da tanto puto asco el que te hayas dejado marcar por otro alfa! ―siguió golpeándome, donde hubo un punto que todo el dolor me hizo sentir mareado y caí de rodillas―. ¡Ja! Eres tan débil, como el imbécil de tu padre ―me tomó del cabello, para que lograra verla a los ojos. Mi respiración era irregular, y su mirada cínica me aumentaban las ganas de vomitar―. No sabes cuanto odio tus malditos ojos rojos endemoniados, te repudio, desde el momento en que te vi, quise deshacerme de ti ―me soltó bruscamente, hasta que caí al suelo―. Terminen con el trabajo, y luego lo sacan de aquí ―ordenó para después salir.

 Y en silencio, comencé a aceptar el castigo.

Porque me lo merecía, lo merecía todo. Yo era el problema, por mi culpa mi cachorro y mi predestinado murieron. No era capaz de mantener a los que amo con vida. Apenas podía mantenerme a mí mismo a salvo. Ryle... ¿esta vez sería capaz de mantener a algo preciado para mi, vivo?

Lágrimas comenzaron a bajar por mis ojos, mientras olvidaba el dolor en mi pecho, dolor que no había sentido en meses.



Cuando volví a mis sentidos, ahora estaba en mi habitación dentro de la mansión, con la ropa lavada y mis heridas curadas. Madre se había asegurado que no me dejaran marcas en lugares demasiado visibles a simple vista.

Me miré al espejo observando mi cuerpo cubierto en vendas, mientras intentaba recordar lo que me había pasado. Pero no podía recordar nada. Solo recordaba los diversos sentimientos de terror y ansiedad dentro de aquél pequeño cuarto.

Miré el reloj y decidí apurarme a ir con Ryle. Él no debía enterarse de todo lo que había pasado. Debía alejarlo de mí. Lo que había pasado ahora, no era una simple advertencia para mí, sino que también me advertía que me alejara de él o haría lo mismo que hizo con mi predestinado.

Esta sería la última vez que me permitiría estar junto él, debía de provocar su odio una vez más, debía hacer que él se alejara de mí.

Pero claramente, mis planes fallaron por completo. Decidí finalmente que será Ryle quien me haga sufrir, y esta vez, seré  capaz de proteger a la persona que me gusta. 

Y no me importa morir en el proceso, mientras él sea feliz.

Got Ya (omegaverse)Where stories live. Discover now