《Omatikaya》
Ellos eran diferentes a los metkayina.
Colas pequeñas, delgados, de tonos azules que tocaban al cielo nocturno, pertenecientes de bosque y no de mar. Hijos de tierra, como los llamarían algunos pertenecientes a los mares.
Una familia...
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Los días pasaban lenta y tortuosamente para el Metkayina de color azul mar.
Desde que ocurrió el incidente con Neteyam, hace tres días, no lo había visto y tampoco a los hermanos de este. Su brazo fue atendido por su madre y tuvo que ofrecer explicaciones. Recibió un regaño por sus padres...pero un agradecimiento de Neytiri, la madre de Neteyam.
Tuvo una sería charla con está en solitario, siendo algunas de sus preguntas contestadas y otras ignoradas.
"¿Usted también piensa que ataque a su hijo sin razones?" Recordaba haberle preguntado, deprimido en ese entonces.
Neytiri había negado, aliviandolo.
"¿Porque...él, olía tan dulce?" Continuó esa vez, tratando de encontrar la respuesta, pero sin obtenerla. La madre de Neteyam nunca le respondió a eso y sus demás preguntas.
"Es mejor si te lo dice él mismo" fue lo único que le contestó en ese entonces, causándole una abrumadora curiosidad.
El primer día sin verlo, lo paso castigado y angustiado.
Al segundo...lo dejaron salir y ayudar al pueblo, hacer canastas o pescar, nada que mojaba sus vendajes estaba permitido. No había un minuto del día que no pensará en cuanto deseaba verlo...
Pero tenía miedo, mucho miedo.
Al tercer día, en la mañana, se encontraba enojado, irritado... como si le hubiesen hecho algo malo que no podía perdonar. Pero no se trataba de nada de ello.
Estaba furioso y frustrado, lleno de ansiedad... porque moría por ver a Neteyam. Tenía que verlo o perdería la cordura por completo...lo sentía, y eso era lo que lo molestaba tanto.
Sus amigos fueron a buscarlo por la tarde, ayudando a que se refrescara un poco su mente. Causaron...algunos estragos...¡pero siendo estos bromas inocentes!, nada de que preocuparse. Al menos siendo esto lo quequería pensar.
Estaba... preocupado, por el hijo mayor de los Sully... y ese hecho le hacia mal en el estómago y le entristecia, pero lo ocultaba.
— miren, ¿que esta haciendo? — rió uno de sus amigos, haciendo que prestará atención a lo que señalaba.
Se acercaron al agua, notando de inmediato que allí estaba una de los Sully, Kiri.
