124 Poe Verne

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Damian

Alex Mirez

Parte tres de poe verne


Poe Verne

Su mente estaba en aquella habitación, donde el cuerpo de su esposa se encontraba en un estado inconsciente, seis meses desde aquel incidente, las esperanzas eran nulas, casi imposible el hecho de que ella despertara.

Según diferentes doctores que ella despertara sería un completo milagro, y vaya que tenían razón.

Tras su "muerte" todo ardía, aquel pueblo era el mismísimo infierno y quien sea que pisara o viviera estaba condenado, pues era como morir, no sabias si seguirías viviendo, o para tu mala suerte el asesino que vivía entre ellos te mirara.

  Pero justo en este momento en aquella habitación con puertas de cristal, la chica abrió sus ojos, se sentía un poco mareada y completamente confundida, sentado se de golpe.

Miro todo a su alrededor, desconocía aquella habitación en su totalidad, quito todas aquellas jeringas que atravesaban su fina y pálida piel, junto a aquel aparato que la ayudaba a respirar.

Con las piernas débiles temblando levemente se puso de pie, aunque se mareo en el proceso no se detuvo y camino a aquella puerta, con las intenciones claras de salir, pero con su cuerpo totalmente débil cayó al suelo, su caída resonó junto con el jarrón de rosas rojas que estaban sobre la mesa de noche.

En menos de diez segundos las puertas de la habitación fueron abiertas.

Aquel rubio se agacho hasta poder cargarla, rodeando su débil cuerpo con sus brazos con demasiado cuidado, sentía que podría romperla, parecía una muñeca de porcelana.

Avery lo miraba con sumo detalle, sin lograr creer que realmente Poe estuviera con ella, pues creía haber muerto.

- Parece que te dignaste a despertar-

Susurro mientras quitaba el cabello de su rostro.

- ¿Que paso después de aquel día? -

Miro aquellos ojos grises que tanto amaba, por los cuales moriría sin importar que, porque para algunos morir era fácil en su caso claramente vivir era más fácil pues estaría con el hasta que le dijese que se fuera.

- Perdiste demasiada sangre y la bala logro perforar uno de tus órganos, pudiste morir, fue pura suerte que sobrevivieras la operación, terminaste en coma... seis meses- 

Lo miro estupefacta, procesando las palabras dichas por el rubio quien se mantenía observando el pálido rostro de la chica.

-Dormí tanto como siempre quise- 

Bromeo mientras escondía su rostro en el pecho del contrario, pues, aunque estaba en un completo shock seguía siendo ella, y no podía tomarse de una manera seria la situación, lo cual hizo sonreír al rubio, al parecer su chica seguía con aquel humor.

-Debo llamar al doctor, tiene que revisarte, no te levantes, aun estas muy débil, te traerán un poco de comida-

- ¿Descansar más?, ya lo hice seis meses-

El rubio la bajo con cuidado, miro como las piernas de la chica temblaban un poco, pero simplemente tomo su mano saliendo de la habitación, caminaron escalera abajo directo a la cocina, una vez ahí se sentó en la mesa mientras soltaba un largo suspiro.  

-No dejare que vuelvas a ser parte de alguna misión, mucho menos si serias la distracción o la carnada-

-Esa es mi decisión Poe, no debes decidir por mi-

-No me hagas tomar medidas extremas-


(¯'*•.¸,¤°'✿.。.:* мεŜ𝒆ร ᗪᗴsⓅǗⒺS *.:。.✿'°¤,¸.•*'¯)


Tal como lo dijo, tomaría medidas extremas, me encontraba atada, tenía puestas las esposas sobre la cama, y pensar que creí estar logrando convencerlo, pues hoy era la casería, Padme quería rescatar a su amiga y yo estaba dispuesta a ayudar, pero tras una ronda de sexo baje la guardia y ahora me encontraba esposada.

Miraba el techo con clara molestia mientras intentaba quitarme las esposas, aunque claramente sentía que se apretaban cada vez que movía mis manos al final de unas tres horas logre quitarlas.

Ahora me encontraba con una copa de vino en mis manos, estaba en el salón principal, esperaba que regresaran, no penaba hacer alguna escena con todos presentes, pero claramente cuando estuviéramos solos lo haría.

Tenía una bata de será cubriendo mi cuerpo, y cuando menos imagine, quede dormida, ellos no habían regresado, eso me ponía los nervios de punta.

Tras varios días, al fin regresaron, aunque solo era Archie, Damian y Poe.

- ¿Y las chicas... ellas? - 

Me explicaron la situación con detalle... yo no quería hacer nada de eso, no quería simplemente fingir que no sabía de la existencia de ellos, mucho menos fingir que no existía Poe.

Pero me obligaron, de alguna manera Poe me había manipulado y estaba más que consciente, por algina razón mi pecho dolía, aun sabiendo que era lo que él quería y más tras recordar sus frías palabras después de que los chicos se fueran.

"Ya no eres nada para mí, ni siquiera mi obsesión, firma los papeles del divorcio y lárgate de mi casa".

Vaya que sus palabras me habían lastimado, pero como prometí irme en el momento que él lo pidiera, y así lo hice.

Aunque doliera y supiera que jamás podría volver.

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