18. Herencia familiar

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La verdad siempre estuvo delante mía, yo siempre he sabido la verdad. Lo que pasa es que no podía verla, o quizás no quiero verla.

Solo tuve que cerrar los ojos, tapar los oídos y abrir la mente. Ela me había estado dando las pistas para resolver su desaparición sin darse cuenta.
Había dejado pequeñas migas de pan por el camino que había recorrido. Solo tenia que ir recogiéndolas una a una hasta llegar a la verdad.

Nunca le hice caso, nunca la entendí ni traté de entenderla. Aunque ella si intentó explicarse mil veces, sus palabras siempre fueron completamente incomprensibles para cualquiera que las escuchara.
Ela tenía "poderes" no así tal cual pero si, ella decía que era una persona sensible y que incluso tenía la capacidad de comunicarse con los espíritus. Ella notaba las malas energías y se consideraba médium.
Se ve que no era la única, su bisabuela y abuela también tenían "poderes", no los mismos ya que cada una lo tenía más desarrollado que la anterior.
Era como una herencia familiar, sólo se saltó la generación de su madre. Laura no tiene estas capacidades y nunca lo entendió tampoco, cosa que complicó la relación que tenían ambas.
Pero Ela sabía muy bien cómo manejarlo, la abuela Fina se había encargado de enseñarle a su nieta cómo sobrellevarlo. Las dos compartían muchos rasgos, eran muy parecidas. Para Ela seguro que Fina fue su persona favorita. Un ejemplo a seguir.

Ela llegó a mencionar que podía comunicarse con los animales, ver y hablar con espíritus, predecir cosas del futuro y saber cosas del pasado, entre otras cosas también mencionó que habían portales a otra dimensión donde se encontraban las personas que no habían llegado a "la luz" y que sí existía un lugar como el cielo y como el infierno.

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