Parte sin título 26

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El quinto se ha ido y el viernes todos estaban emocionados por la salida del sábado. No lo han hecho en tanto tiempo que parecían niños con un juguete nuevo.Any y Dul habían acordado que Memo se presentaría en el club para darle a Ucker otro pequeño descanso.Mai pensó que era una exageración ir tan lejos, pero como solo ella tenía esta opinión que terminó perdiendo, Poncho la apoyó ya que Dul más tarde le dijo la verdad a Ucker y ella consintió.Chris quería más para incendiarse de todos modos, se moría por ver a su amigo estallar y romper todo.Poncho ya estaba acostado con los ojos cerrados esperando que Any saliera del baño.Poncho: ¡Princesa, solo dormirás! - Ha pasado mucho tiempo desde que estuvo encerrada allí.any: tranquilo bebé, me estoy preparando. - gritó desde el baño.Poncho: ordenar lo que voy a llevar lo que lleves puesto. - habló riendo, con los ojos cerrados.any: así que voy a renunciar a ella. - habló apoyándose contra la parada de la puerta abierta - lo olvidaste, creo que está bien.Poncho: ¿Olvidaste la q...?! - acababa de abrir los ojos y se encontró con la visión perfecta para él. Salté de la cama en ese momento, ¡ni siquiera pienses en rendirte! He esperado 11 años para arrancarte este traje y para que me quites ese placer. - Su voz fue arrastrada, sus ojos medio cerrados por el fuego que se encendió cuando la vio con su viejo uniforme escolar. Una falda, que era mucho más corta de lo que recordaba y una chaqueta de botones muy ajustada al cuerpo adherida a cada curva.Sus ojos estaban hambrientos, sus manos perdidas porque no sabía por dónde empezar.anu: ¿se quedó como bebé imaginado? - preguntó acariciando su pecho.Poncho: no, mejoró mucho. - lamió el labio inferior - siempre puedes ser perfecto.Se sentía como un adolescente tonto haciendo sus primeros descubrimientos sexuales, en su cabeza solo el loco deseo de arrancar esa ropa y poseerla de inmediato, pero su corazón quería disfrutar cada segundo, tocando, acariciando y redescubriendo cada pedacito de su amada.Levantando las manos comenzó a abrir los botones de la blusa, cepillando sus dedos por cada pequeño trozo de piel que aparecía. Any suspiró de placer.Cuando terminó de abrir, Poncho se alejó un poco admirándola, acercándose nuevamente, tomando sus pechos en las palmas de sus manos haciendo movimientos circulares haciéndola gemir.Soltó sus pechos y la miró de nuevo.Poncho: Me siento como el niño tonto de la escuela mirando a la chica más bella e intocable.any: ¿y por qué el niño tonto no aprovecha la oportunidad de tener a la hermosa niña? - se acercó a él.Poncho: porque ella es demasiado perfecta para él.any: no, ella piensa que él es perfecto para ella.C
Any tomó sus manos hasta sus pechos y después de reanudarlos, agarró el cuello de Poncho robándole un beso intenso, lleno de segundas y terceras intenciones.Poncho bajó los besos por el cuello, el regazo y sobre la chaqueta se mordió el pico del pecho, haciéndola ping.La tomó en su regazo y con toda la delicadeza del mundo se acostó en la cama de pie encima.Invertidas en un nuevo beso, las lenguas se enfrascaron en total sincronía, un beso dulce y ávido.Bajó por el costado de su cuerpo, levantando su falda, agarró el bu*da apretando con voluntadany arqueó la espalda dejando escapar un suspiro, tomó las pequeñas manos de boxeador que llevaba y empujó hacia abajo, liberando la extremidad, la reacción de rozar en el interior de su muslo.
Any: pensé que querías verme con el uniforme. - habló jadeando.Poncho: no, dije que siempre quise arrancarme ese uniforme, ser tu primero y único y hacerte mío. - La voz ronca, demostró lo emocionado que estaba.any : entonces hazme tuyo.Poncho la besó de nuevo y al mismo tiempo ella introdujo su lengua en el beso penetrándola con un movimiento lento y profundo. Los dos gimieron, emocionados, Poncho descendió los besos por el cuello, el regazo y los pechos, chupando cada uno de ellos con tanto deseo que cualquiera estaba seguro de que sólo podía ir con este afecto.Los movimientos continuaron al mismo ritmo, lentos, profundos, Poncho se deslizaba en él disfrutando de cada contacto, cualquiera quería más, pero no se atrevía a estropear ese momento tan único y lleno de amor.Poncho sintió que las contracciones corporales de Any aumentaban y aceleraron los movimientos, los apedreados ahora eran profundos, gruñó sintiendo que su cuerpo también explotaría en cualquier momento. Cualquiera levantó sus caderas exigiendo más, su cuerpo retorciéndose debajo del suyo. Algunas penetraciones más y los dos alcanzaron el clímax al mismo tiempo.Poncho se desplomó exhausto sobre ella, rodó hacia un lado de la cama tirando de Any con él, sin dejarla. Permanecieron así durante mucho más tiempo del que imaginaban.Pocnho susurró te quiero y después de escuchar lo mismo dicho por ella durmió todavía incrustado.



siempre tuyaWhere stories live. Discover now