Parte sin título 22

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En un movimiento rápido tomó su regazo y Any le tapó la boca para ahogar un grito, lo que hizo que Poncho diera una hermosa sonrisa. La llevó al baño y suavemente comenzó a desnudarla. Cada pieza que le quitaban era un gemido, cuando terminó quieto, admirando su cuerpo con una sonrisa tonta.
Any: ¿por qué me miras así? - preguntó avergonzado.Poncho: porque ni siquiera en mis sueños eres tan perfecto. - se acercó sosteniendo sus pechos en la palma de sus manos.
Any: ¿y sueñas mucho conmigo es? - La vergüenza se había ido, consiguiendo sólo el deseo, se estaba desabotonando los pantalones cortos cuando lo miró de nuevo esperando la respuesta.Poncho: desde que te vi por primera vez. Pero siempre alguien o algo me interrumpe en el mejor momento.any: así que creo que es bueno que disfrutes de la realidad antes de que vengan y nos llamen a cenar. - besó su cuello, bajando por sus labios en cada botón abierto.La respiración de Poncho se hizo cada vez más pesada, caminó con ella hacia la caja, encendió la ducha empujándolos bajo el chorro de agua.Poncho besó a Any, un beso que transmitió todo el deseo que sentía por ella. Dejó sus labios y bajó a su cuello, regazo y pechos, chupó una succión y jugó con su lengua.
Any suspiró con cada toque, clavó sus uñas en sus hombros, rascando y dejando su marca. Levantó una pierna, acurrucando la cintura, sintiendo la extremidad dura, esperándola.
Any metió sus dedos en el cabello de Poncho, presionando su boca sobre sus pechos como una petición de más.Poncho la agarró por el, apretando y presionando contra su cuerpo. Los dos gimieron en anticipación de placer absoluto.
Any tenía el aliento consternado: Te quiero ahora Poncho.Poncho: ¿sin condón? - preguntó burlándose y mordiéndole la oreja
anu gemido: He estado tomando anticonceptivos desde principios de mes.Poncho: Me va a encantar sentirte sin nada entre nosotros. - tomó su boca en un beso desesperado.Levantó a Any por las caderas y con el impulso descendió sobre su extremidad, gruñó mientras la sentía caliente y húmeda.Poncho: eres tan bueno conmigo. - jadeado - tan caliente y tan húmedo.
Anu: oh Poncho, necesito más. - echó la cabeza hacia atrás comenzando a moverse, usando sus hombros mientras el apoyo subía y bajaba sobre la extremidad de Poncho, nadó para sentirlo por completo.Poncho: po**a any, no duraré mucho si sigo así. - gimió con cada rollo que dio.
Any: oh... Sí... Poncho... No se detiene... Así... Oh... -- la respiración fue alterada.Poncho se dio cuenta de que ella estaba tan cerca como él de alcanzar el placer total, agarró su trasero y se abalanzó, yendo tan profundo como pudo, tomándolo por completo. Gimieron y llamaron sus nombres como una orden.
Any: sí... Oh... Voy a ir*ar... Ponchooooooo - su cuerpo explotó en un intenso orga*mo.Poncho: caliente... también.... Anyyyyy, era su turno de liberar todo su placer.Se besaron locamente para tragarse los gritos que surgían con cada espasmo de los cuerpos.Terminaron el baño entre besos y caricias y bajaron a cenar.Hablaron de todo lo que había sucedido todo ese tiempo, contándoles la noticia a Marichelo y Henrique.Después de la cena, los hombres fueron a la sala de juegos y las mujeres a la sala de televisión.Mari: en el creo que hizo esto en el baño de la discoteca Anahí! - se rió incrédula mirando a su hija.
Any: ¡ah mami! Con un hombre caliente y maravilloso como ese, ¡realmente crees que iba a controlarme!Sí, Any le contó todo a su madre, y todo incluye incluso eso. Mari era la mejor amiga de su hija, una relación más que especial.Mari: Entiendo, cuando estaba saliendo con tu padre, también hice mis locuras.Mai: tiene a alguien que tira de la tía. — dijo riendo.Mari: ¡tía el caray! Me siento viejo de esa manera.Mai: está bien Mari, me detuve. - aguantó la risa.Marichelo odiaba sentirse viejo, especialmente alrededor de las chicas.Mari: ¿y tú pelirroja? No veo los pequeños ojos brillantes.Dul: Problemas de Mari.Mari: Soy todo oídos.Dul contó lo que le estaba pasando a Ucker y su miedo a perderlo: eso es todo y no sé qué hacer. -Suspiró.Mari: Entiendo. - Pensó antes de continuar - si quieres consejo, muéstrale que también atraes miradas queridas.
Any: ¡Mami! ¡Ese es un consejo!Mari: Por supuesto. Sé exactamente lo que está pasando. Eres su refugio seguro, Dulce, pero cuando aparece carne nueva en la pieza y dando suave, estas cabezas huecas pierden la cabeza, especialmente tú que has estado juntos durante once años, contando citas y matrimonios. Los hombres en este asunto son todos iguales, si él piensa que puede perderte, se sentará tranquilamente a sus pies como un buen cachorro entrenado.Las chicas se rieron de la comparación de Mari.Dul: Voy a pensarlo seriamente, Mari. Juro que lo haré. - dijo todavía riendo.Hablaron un rato más y se fueron a la cama, para variar, los hombres siguieron jugando al billar.Cuando Poncho llegó a la habitación, Any estaba de espaldas a la puerta, la encerró, se quitó toda la ropa y se metió debajo de las sábanas abrazándola por detrás.Poncho: any, ¿estás durmiendo princesa? - le susurró al oído.any: debería, pero no, te estaba esperando. - No se movió.Poncho: tu padre siguió jugando, no pude hablar que no a mi sogrinho en mi primera visita oficial como yerno. - le mordió el hombro.
Any: estás perdonado entonces. - todavía de espaldas puso su mano sobre su pierna, debutando - bueno me lo imaginé. - sonrió sin darse la vuelta - estás sin ropa interior Alfonso.Poncho: y tú sin bragas Anahí. - Levantó el suéter - ¡Travieso! - le mordió el cuello.
Any: Dije que te estaba esperando. - Su voz salió en un susurro.Poncho: Nunca me canso de ti.
Any: y siempre quiero más de ti.Poncho levantó la pierna, apoyándose en su propia pierna, acercó sus cuerpos y la ajustó, invainanddo con su duro miembro, totalmente emocionada.Poncho: estás tan apretado.
Any: Me encanta sentirte en mí. - se llevó la mano al pelo, tirando y acariciando la nuca de la cabeza.Permanecieron en esta posición, Poncho comenzó los movimientos de ida y vuelta, saliendo lentamente y entrando con un fuerte movimiento, hundiéndose en ella.any que le hiciera brincar el, le esperaba ir aún más profundo, gimiendo con cada escalón que hacía temblar su cuerpo.Solo podías escuchar las respiraciones y los gemidos.Poncho aumentó el ritmo y en poco tiempo los cuerpos se retorcieron alcanzando el ápice. Él hundió su rostro en su cuello, recuperando el aliento y lanzando besos.Poncho la atrajo hacia él, Any se dio la vuelta dándole un beso romántico digno de una película y apoyó su cabeza en su pecho, durmió con sonrisas estampadas en su rostro.



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