Micaela Ortega

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Fue asesinada en abril de 2016 tras ser engañada a través de las redes sociales por Jonathan Luna, condenado a perpetua en el primer juicio por grooming seguido de muerte en Argentina. Hoy cumpliría 18 años y la ley que lleva su nombre fue oficializada pero aún no está reglamentada

La tristeza y el calvario para la familia de Micaela Ortega comenzó el 23 de abril de 2016. Ese día, la nena de 12 años salió de su casa en su casa del barrio Noroeste de la ciudad de Bahía Blanca, motivada por un criminal que la había engañado escondiéndose detrás de un falso perfil de Facebook. Nunca regresó. Una vez hecha la denuncia de rigor por averiguación de paradero, desde entonces se montaron múltiples rastrillajes y operativos para dar con ella. Todos con el mismo resultado: negativo.

El caso acaparó rápidamente los medios de comunicación. Mientras los días pasaban, la angustia se acrecentaba. Había transcurrido un mes y la búsqueda seguía sin rumbo hasta que se incorporó a la causa información de parte del National Center for Missing & Exploited Children, un organismo sin fines de lucro de Estados Unidos que trabaja a nivel mundial contra la pedofilia y que colabora con la Justicia en este tipo de casos.

A partir de los datos aportados, los investigadores conocieron que Jonathan Luna, un hombre por entonces de 26 años y que vivía en un domicilio de la localidad de Ingeniero White, había contactado a Micaela a través de la mencionada red social haciéndose pasar por una niña de su misma edad. En consecuencia, la Justicia ordenó el allanamiento a esa vivienda. Allí se encontraron el celular y la campera de la menor. Luna fue detenido y, comprometido por las pruebas en su contra, se quebró: confesó el asesinato y reveló el lugar de donde había escondido el cuerpo.

Así, a poco más de un mes de la desaparición, el 28 de mayo, Micaela fue encontrada estrangulada con una remera y golpeada en la cabeza en un descampado en las afueras de la ciudad bahiense, en un lugar lleno de arbustos y pastizales localizado cerca de la ruta 3 y a pocos kilómetros de la localidad de General Daniel Cerri.

Posteriormente, el fiscal de la causa, fiscal Rodolfo De Lucía, determinó que el acusado tenía cuatro cuentas de Facebook, y a través de una logró organizar y concretar un encuentro con Micaela. De ese modo fue como tras el encuentro, según la reconstrucción de la investigación, la niña y Luna caminaron unos 9 kilómetros hacia un descampado donde él intentó abusar de ella, le robó y la mató. Se supo, además, que Luna había intentado vender a conocidos una plancha de pelo que le había robado a la niña.

Luna era un viejo conocido de la Justicia. De hecho, cometió el crimen de la menor mientras estaba prófugo, ya que se había escapado en 2014 durante una salida transitoria mientras se encontraba purgando una condena por robo calificado en la provincia de Río Negro. Finalmente, el 19 de octubre de 2017 fue condenado a prisión perpetua -una sentencia acorde con la que habían solicitado la fiscalía y la querella- en un juicio histórico, ya que se trató del primero por grooming seguido de muerte en Argentina.

21/12/22

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